martes, marzo 28, 2017

DOS

Las velas se encienden despacio. Todavía. A veces voy a las fotos y me sorprendo con su crecimiento, las formas en que cambiamos él y nosotros, cómo yo crezco dentro de él. Los dedos que se alargan y el estómago que se rebaja, los ojos que saben expresarse y los dientes que ríen inocentes. El chasquido de la memoria y los besos y aplausos espontáneos. La caricia de la noche y la luz que le da el día. Con él adelante en los primeros pasos del camino de la vida. Aún sigo peleándome con quien era y con cómo ha cambiado casi todo. Tú el primero, chaval. Y lo que queda. Feliz cumpleaños, Leo.

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