Algunas películas
incrustan sus imágenes, su argumento o sus personajes en nuestra conciencia por
el efecto que produce la música añadida a esos elementos, en una secuencia o un
plano. Mucho después de vistas esas películas permanece esa huella indeleble marcada
por la combinación de imagen y música, de cámara y sonido.
Por el grato
poso que me han causado un par de temas de Audioslave cazados al azar he
retornado también a Shadow of the sun y al momento en el que este temazo
acompaña a una secuencia de la obra maestra de Michael Mann Collateral. El taxista
y el asesino a sueldo se reconocen en sus miserias, dos almas anónimas y
mediocres en la selva de luces y noche que es Los Angeles. El coche se detiene
para dejar cruzar a dos coyotes bajados de las montañas al asfalto. El taxi
reanuda su marcha con sus ocupantes en silencio camino de un local donde el
criminal va a cumplir un encargo mientras la policía les sigue el paso.
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