No sé de
dónde ni de quién sale este montaje, pero le queda de maravilla a esta canción,
a su espíritu libre, un aire Tommy Hilfiger más hippie que pijo que destila de
sus imágenes. Quería encontrar a Gillian Welch, que es la que canta, su voz
crepuscular y un tono mágico que me descoloca, y me he encontrado con esto. El
título no falla, Wrecking ball, con el que cierra su Soul journey. Dan fe de
ello unas cuantas canciones con el mismo enunciado. Por la vida tenemos que
dejar al menos una huella que nos haga sentir, al menos una vez, como bolas de
demolición.
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