miércoles, enero 16, 2008

LIVE IN 48: FLOTANDO EN LAS NUBES… CON IRON AND WINE

Me voy a dejar llevar por las sensaciones. Uno, dos u ocho músicos sobre un escenario son capaces a menudo de compartir con su hipnotizada audiencia el efecto purificador de su música. Tú estás enfrente, a cuatro metros de la voz tímida de un anónimo norteamericano con más barba que rostro que fotografía ambientes con el susurro y los moldea con el entramado armonioso de sus instrumentos, cuerdas entrelazadas y percusiones conjugadas, batidas en una pócima mágica. Sientes que los pies se te levantan del suelo y te elevas, no hasta las nubes pero casi. Tú y un público de mil personas que rinden tributo al silencio cuando Iron and Wine interpreta lo más parecido a la música que suena en el cielo.

Me voy a dejar vencer por las emociones. Creo que hoy me siento mejor persona y que este mundo, por muy perro que sea muchas veces, hay que tratar de disfrutarlo al máximo… sobre todo si tienes un disco de Iron and Wine a mano.

En la fenomenal compañía de Dufresne me embarqué en un viaje relámpago a Barcelona para presenciar el único concierto de Iron and Wine en España, en la sala Apolo el lunes 14 de enero. La larga espera previa, amenizada con las obligadas visitas a las tiendas de discos, y la no más corta resaca de cansancio posterior en plena madrugada y en la extraña quietud del aeropuerto bien merecieron la pena.

1 comentario:

Marta G.Brea dijo...

Hola, es un placer visitarte, vengo por recomendación de un amigo en común, Nava, que sabe que me encanta Iron and Wine. Qué suerte haber ido a este concierto, Sam Bean es un fenómeno. Estupenda entrada la que le dedicas.

Me volveré a pasar, por supuesto.

Un fuerte abrazo.