lunes, enero 22, 2007

LIVE IN 32: INTERROGANTES SOBRE EL JAZZ

Por mucha música que me empeñe en escuchar y de hecho escuche siempre quedará mucha más a la espera de que algún día llegue a mis oídos pero nunca lo haga. Es un vicio inagotable que se sacia en pequeñas píldoras, si es posible una por día. “¡Cuánta música hay en el mundo!”, nos decimos a veces entre amigos, sorprendidos por el infinito archivo musical de nuestros tiempos. Intento conocer algún ejemplo de aquellos estilos de más difícil acceso, de los que menos me agradan o con los que estoy poco o nada familiarizado. Me gusta decir que he escuchado, al menos un poco, de todo. El jazz es un género que me desconcierta y seduce por igual y recientes charlas que he mantenido con Carlos V. M. y Fer me han acercado algo más a este universo tan complejo como fascinante. Gracias al intercambio de discos con estos amigos he escuchado hace poco variantes de jazz y artistas distintos. Y seguiré haciéndolo.


Pero… no soy músico y aunque ello no sea un impedimento para valorar la música que escucho hay ideas que no me atrevo a sentenciar y comentarios que prefiero guardar. Lo que ocurre es que escuchando con calma y atención interpretaciones dispares de Miles Davis, Keith Jarrett, Sonny Clark o Jimmy Raney y recordando escuchas antiguas o recientes de Charlie Parker, Dexter Gordon o Charles Mingus me asaltan dudas que la enrevesada fisonomía del jazz provoca.


Me pregunto, por ejemplo,

si los músicos de jazz son tan extraordinarios en realidad,
si tienen tanto mérito los desarrollos interminables que hacen de un tema,
si la falta de melodía durante una improvisación es una muestra del supuesto talento artístico que esos músicos poseen,
si el jazz se lleva en la sangre y en realidad no se puede aprender a tocar…


Son sólo algunos interrogantes que me impiden valorar el jazz del mismo modo a como suelo opinar sobre el blues, el rock, el soul o el pop y la mayoría de sus fusiones. Quizá es que tengo que profundizar mucho más. Si me preguntan si me gusta el jazz, no diré que no, pero tampoco afirmaré que sí. Todo su entorno, su historia y su intrahistoria me interesan; reconozco que es una música para la que hay que encontrar el momento y cuando lo hallo y me entrego a ella no consigo sintonizar totalmente pese a que me traslade a sus decorados característicos (la noche, el humo, el alcohol…). Supongo que en el fondo no es más que una cuestión de gustos, así de sencillo para un tipo de música tan compleja.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como muy bien dices, y aunque el conocimente ayude a valorar y apreciar cualquier género musical, en el fondo es cuestión de gustos y éstos siempre son personales y por tanto subjetivos.

Sin embargo, si consigues entrar en el Jazz - lo que no es obligatorio - descubres un mundo rico y enormemente variado que nos da a los que nos fascina escuchar música , entre los que estás, interminables horas de este placer, por la cantidad y la calidad de esta música.

Seguiremos hablando.

Un saludo.

Halenbeck dijo...

Hola

Despues de pasar por algun que otro blog sobre musica, tengo que decir que ya llevo un tiempo "aparcado" en este. La verdad es que sueles hablar de estilo, grupos, etc.. que suelen ser en la mayoria de mi gusto.

Bueno y despues de esta introduccion tipo mensaje que se manda a la radio diciendo antes lo mucho que se aprecia al locutor, paso a hacer el comentario. Jeje

Tengo una opinion del jazz muy parecida a la que tu reflejas en el post, hay temas que me gustan y temas que no, y los que no me gustan no se si es porque no tengo una preparacion musical, si es porque no tengo experiencia en este estilo o porque sencillamente no me gustan. Ahora bien, tambien hay temas que me emocionan como no lo hacen en otros estilos. El ejemplo en mi caso es un disco de John Coltrane, "Blue Train". No me acuerdo como llego a mis manos hace algunos años, pero de lo que si me acuerdo es de que me abrio una nueva puerta para descubrir que la musica tenia mas caras y algunas increibles. El disco en si no se como estara valorado por los puristas del jazz pero en cambio he leido que algunos otros de Coltrane son referentes y en cambio a mi no me gustan, como por ejemplo "A love supreme". Con lo que llego a la conclusion de que no hay nada que saber, solo hay que escuchar y tu mismo te daras la respueta. Un saludo.

el dijo...

Hola de nuevo desde un ascensor de cristal. Interesante post. Ahí van algunas reflexiones, que no respuestas, sobre tus interrogantes:

1º.- Decir si a uno le gusta o no el Jazz no deja de ser una generalización absurda. El Jazz engloba una multiplicidad de estilos, intérpretes... que poco tienen que ver entre si. Alguien puede ser un apasionado de Anthony Braxton y su free jazz y aburrirle soberanamente la meláncolica trompeta de Chet Baker, o viceversa.

2º.- Lo anterior nos lleva a una pregunta con dificil respuesta ¿qué es entonces el Jazz?, posiblemente sea más fácil definir lo que no es Jazz que lo que lo es. Una cosa creo clara:El Jazz es ante todo una actitud tanto del músico y como del oyente, la busqueda de su propio sonido, su propia identidad...

3º.- En relación con algo que planteas en tu post, el Jazz sería por lo tanto más cuestión de actitud que de aptitud. Esto, no siempre comprendido, es en gran medida el cancer del Jazz que se hace hoy en día. Gran parte de los músicos jovenes que actualmente interpretan Jazz son interpretes monumentales, con una técnica prodigiosa, que han estudiado en las mejores escuelas de Jazz del mundo, pero ¿A cuántos de ellos se les recordará dentro de cincuenta años?. Me temo que a muy pocos (Brad Mehldau, Jason Moran...). Posible conclusión: no es fundamental que los músicos de Jazz sean, especialmente, buenos músicos. ¿Acaso no hay hoy en día mil y un trompetistas tecnicamente mejores que Miles Davis, Chet Baker o Louis Armstrong? ¿Era un gran pianista Thelonious Monk?.

4º.- En cuanto a los desarrollos "interminables" de un tema. Comparto contigo tal apreciación, no siempre la calidad de un solo, o de la visión de un tema por un músico, vendrá dada por la extensión del mismo. De hecho gran parte de lo mejor que se ha grabado en el Jazz son temas cortos de 2 o 3 minutos: Los Hot five y Hot seven de Armstrong, las grabaciones para Dial y Savoy de Parker... El problema quizás esté en la sombra de Coltrane, quizás demasiado alargada...

4º.-En cuanto a la falta de "melodía". La perdida de la misma en los solos también es, en gran parte, fruto de la evolución del Jazz desde finales de los cincuenta y sesenta. Pero han existidos músicos de jazz cuyos solos son auténticas melodías espontáneas: gran parte de lo mejor de Dexter Gordon, Ben Webster, Johnny Hodges...

5º.-"Si el Jazz se lleva en la sangre y en realidad no se puede aprender a tocar". 100% de acuerdo.

6º.- Añadíria algo que a veces olvidamos al escuchar y valorar una música (sea Jazz u otra): LA MÚSICA NO HAY QUE ENTENDERLA, SOLAMENTE SENTIRLA!!

Un saludo y qué el Jazz... nos acompañe!!!.

Pd: Espero ver pronto una nueva sección estable sobre Jazz en tu blog.

Unknown dijo...

Te planteas una peliaguda cuestión y te daré mi modesta opinión.
A mí me gustan muchos estilos de música (como bien podrías constatar en mi blog), pero el jazz es una metáfora más de la existencia del hombre. La metáfora de la libertad expresada por sus músicos a través de la improvisación. Las músicas las identificamos bien por una melodía imperante, bien por un rítmo que golpea y sentimos. Pero también está la armonía, la instrumentación, la técnica, la tecnología, ... y el uso que haga el músico de todo ello, ... y el uso que haga el que la escucha en igual medida.
Dos ejemplos:
UNO - Quizá se exagerado decir que la batería en ciertos estilos vale para hacer ruído, pero es cierto que en multitud de temas sólo vale para marcar un ritmo que de principio a fin es el mismo. En el jazz, la batería no sólo hace MUSICA en toda sus posibilidades sino que crea el espacio (yo diría paisaje) donde los demás construyen.
OTRO - Las versiones. Salvo en el jazz, las versiones de un tema que se hacen en otros estilos, se parecen como gotas de agua. En jazz el tema es reconocibles pero no igual. Cada uno de los músicos deja algo suyo.
Por eso, cuando escuches mucho jazz empezarás a querer escuchar y re-oír más. Descubrirás en esos paisajes, rincones en los que antes on habías reparado y en los que es fácil abandonarse y gozar.
Se trata de la vida, amigo. Unos prefieren la rutina y otros el riesgo. ¿No?