miércoles, agosto 30, 2006

NO ME GUSTA (y 2)

Razones nos da muchas el cine para amarlo... a veces hasta nos salva. Pero es tan amplia su variedad de contenidos, su diversidad de personajes y su alcance cultural —más a través de Internet ahora que desde la íntima magia de una sala oscura y una pantalla grande— que genera también sus manías y rechazos. Como ocurre en el terreno musical, tengo también mis malditos y maldiciones de cine.

No trago:

a cómicos como Will Ferrell, Adam Sandler y Rob Schneider (con sus respectivas voces de doblaje español incluidas), así como los argumentos de sus películas, que tratan al espectador no como a un crío sino como a un idiota; a David Lynch y a quienes dicen que sus films no precisan explicación porque ellos tampoco han entendido nada; a Michael Haneke y sus presuntuosas intenciones de ‘hacernos pensar'; a Quentin Tarantino y sus defensores a ultranza que alaban su supuesta originalidad y no se ruborizan por llamarle genio hasta por desempolvar cualquier mediocre canción de los años 60 ó 70; a quienes se niegan a aplaudir la genialidad (sí) de Forrest Gump porque dicen que le robó los Oscars a Pulp Fiction; a los espectadores de cine que en voz alta comienzan a dar datos de una película o de sus responsables para que los demás les oigamos y nos creamos lo mucho que saben; a quienes te preguntan qué te ha parecido una película pero se anticipan a dar su opinión antes de que respondas y luego no escuchan lo que tú opinas; lo poco creíbles que son los actores españoles cuando hacen de policías o locos de manicomio;

no me gusta el abuso de silencios en la mayoría de recientes películas orientales, sobre todo las de Kim Ki Duk y Takeshi Kitano; que nadie se atreva en la prensa (llamémosla seria o especializada) a atacar una película de Resnais, De Oliveira, Antonioni o Tarkovski aunque el crítico que escribe piense que es mala; Jean-Luc Godard, por chulo, engreído y torpe transgresor; la gente que llega tarde al cine sin preocuparle qué importantes hechos han ocurrido ya en los primeros minutos; que todavía haya público que dice que no ve películas americanas porque "todas son de tiros" y "cuentan lo mismo" (¡lo sigue habiendo!); que Tom Cruise se haya olvidado de ser buen actor y ahora caiga mal; que haya quien no perdone a Spielberg que en una de sus películas salga un niño llorando o el abrazo de una madre (pero si lo hace Clint Eastwood (otro maestro) o Julio Medem (este de maestro no tiene nada) es poético o lírico); que también se le reproche a Frank Capra la misma sensiblería y los buenos sentimientos de sus personajes o sus fábulas (¿qué tiene de malo ser bueno?); Almodóvar y su tropa (y que nadie se atreva a poner mal una obra suya y hasta se alaben ahora sus engendros del principio); que las críticas sin fin en los blogs cuando el que escribe destroza la película (es mala y punto, un par de párrafos, ¿para qué cebarse y después dedicar menos palabras a una peli que le gusta más?).

Y salir del cine de mal humor por culpa de un bodrio.

Y que ahora ya no se vaya tanto al cine y se vaya perdiendo el encanto que aún guardamos en la memoria aquellos que empezamos en esto siendo unos críos.

Feliz cine, pese a todo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola que tal , bueno estaba viendo algunas cosillas interesantes por el mundillo este de la blogosfera y me topé con el tuyo. Nada, lo típico que me gusta lo que escribes y las fotos que metes ja ja. Me quedo con la dire para ver más.bye

rubén darío dijo...

Pues gracias por entrar. Si te gusta la música y el cine, pásate por aquí cuando quieras.