En la recta de meta al final
de cada año surge la necesidad de acudir a terrenos poco pisados, de
darle oportunidades a músicas que suelen quedarse en la recámara.
Tiempo atrás pasé por dos discos de Pentangle de los que perdí
total recuerdo. Pero reencontrarme de carambola con este grupo
británico surgido a finales de los sesenta me ha animado a meter la
cabeza un poco más. Si cabe por ese efecto hechizante que consiguen
crear las guitarras acústicas entrelazadas de John Renbourn y Bert
Jansch sobre la esponjosa capa rítmica extendida por Danny Thompson
con el contrabajo y Terry Cox en la batería. La voz melodiosa de
Jacqui McShee, con ese deje lírico, acercaba a la banda a Sandy
Denny y a Fairport Convention. Sonaban bien, muy bien.
Folk o folk rock pueden ser
pegatinas orientativas de la música de Pentangle, criatura de Jansch
y Renbourn que duró hasta que las tensiones y otros proyectos más
personales los separaron a partir de 1973, solo reunido el grupo
alguna vez años después y ya nunca con la formación original. Pero
había bastante más que folk. Las cuerdas prodigiosas de los líderes
hilaban el género con psicodelia y jazz para bordar una exquisita
combinación. Probad con The Pentagle (1968) y Reflection (1971) y
dejaos perder en música que parece haberse extraviado en algún
lugar remoto de la memoria.
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