Después del blues y antes del
pop, después de Peter Green y antes de la llegada de Buckingham y
Nicks, Fleetwood Mac tuvieron una transición musical de apariencia
tranquila, con unos álbumes de comienzos de los setenta que iban
dejando atrás las esencias sudorosas del blues británico y
divisando los seductores horizontes del accesible pop-rock en los que
el grupo se acomodó desde mediados de la década. Bare Trees (1972)
es uno de esos discos intermedios poco recordados que merecen la
reivindicación de aquellos oyentes que ni habían caído fascinados
por la tradición blusera ni después fueron hechizados por las
limpias fragancias de un grupo que se hartó de vender obras que
convirtieron a sus miembros en millonarios y los enredaron en un
laberinto de conflictos internos. Los Mac de este disco cabalgan por
espacios abiertos de boogie rock empañado de psicodelia en un medio
camino que, por desgracia, duró poco.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario