Esta
es una cagada musical de las grandes, de las que peor huelen.
Viniendo de quien viene, caben valoraciones profundas y rigurosamente
contextualizadas, análisis ricos en historias e intrahistorias de la
banda y divagaciones contraculturales. Todo lo que uno quiera
tratándose de un grupo que no es un grupo cualquiera y de un momento
en el que la música tenía una vinculación con su entorno y su
época mucho más directa y relevante que en casi ningún otro
momento de las últimas seis o siete décadas.
Qué paradójico que la
diabólica denominación con que tantas veces se ha introducido a los
Stones proceda del título de este álbum, Their Satanic Majesties
Request (1967), el peor de los discos con diferencia de sus
majestades satánicas, la mejor banda de todas. La primera vez que lo
escuché me pareció intragable, doliente, un pastiche sin rumbo ni
gracia. Muchos años después, ahora, y no con la excusa de que se
cumplan 50 años de su grabación, no mejora mi apreciación.
Uno ha leído y escuchado
mucho, y sabe que esta obra, en la efervescencia del hipismo y la
psicodelia y con la experimentación musical abierta a cualquier
frivolidad, fue la respuesta que The Rolling Stones dio al Sgt.
Pepper de The Beatles, otro fiasco que el paso del tiempo tampoco
consigue mejorar. Their Satanic…, donde más presencia tiene el
cuestionado talento desbordado de Brian Jones y apenas asoma la
personalidad de Keith Richards, no se sostiene en modo alguno.
Efectos de sintetizador, marimbas, melotrones, orquestaciones,
fragmentos hablados de documentos sonoros y canciones deficientes
estropean un disco indigno de los Stones más desorientados.
1 comentario:
Imagino que ni Jagger-Richards fueron ajenos a las modas .... no estoy de acuerdo con el killer analisis pero vamos, no es Let it Bleed :-)
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