miércoles, septiembre 13, 2017

LIVE IN 206: AGOTADOS

En más de una ocasión este año, al escuchar el último disco grabado por ciertos músicos y grupos musicales a los que suelo dedicar distinto grado de interés, la primera impresión que me han causado es la de creer firmemente que su música está agotada, estancada. Que tras una trayectoria en general larga (también las hay cortas), en la que son más los trabajos elogiosos que los fallidos, ya no tienen más que decir, que han perdido toda trascendencia y poder de atracción y no importan nada. Son casos diferentes de agotamiento, que se pueden deber a la repetición de fórmulas, a no saber adaptarse a pequeños o grandes cambios, a riesgos a destiempo que no encuentran la dirección, a la pérdida de inspiración, talento o incluso ilusión, a no dominar su propia música, a perder la capacidad de hacer buenas canciones. Puede ser una enfermedad pasajera o puede ser un mal ya incurable.
 
Hay casos en los que la decepción o la indiferencia provocada por esos discos recientes no me afecta ni me preocupa en absoluto, pero hay otros casos en los que el desgaste que deriva en mediocridad me duele un poco más y me da pena que un músico o una banda que en otro tiempo me gustaron ahora me parezcan tan anodinos. Pongo ejemplos.
 
Queens of the Stone Age. Foo Fighters. Tori Amos. Arcade Fire. Chuck Prophet. Ray Davies. Fleet Foxes. Joaquín Sabina. Pretenders. Los sigo escuchando porque creo que aún desprenden rayos de expectación, una fiabilidad cada vez más débil y lejanas huellas de calidad, pero lo que me encuentro es espesura siniestra, griterío insípido, vacío de emociones en envoltorios satinados y canciones insulsas que no transmiten nada.
 
Dejo para el final a U2. Hasta diciembre no publicará su nuevo álbum, pero los dos adelantos presentados no auguran nada digno, nada bueno. Esto me causa más lástima porque no puedo evitar al niño y al joven que creció agradeciendo al grupo que le enseñase a amar la música… y todo lo demás.

No hay comentarios: