A cada
escucha de Ghost on Ghost (4AD, 2013) me regocijo en mi admiración por Sam
Beam. No dudo al inclinarme ante su genialidad. La tienen los discos de esos
músicos que primero te agradan, luego te entusiasman y después te atrapan y no
te sueltan. Este es uno de ellos. Pensé al principio que no llegaría a la
altura de The shepherd’s dog, no se queda muy lejos.
El
profesor es un humilde maestro. En Ghost on ghost suenan 24 instrumentos (con
saxos, cellos, violines, trombones, ukeleles, vibráfonos) y varias voces de los
dos géneros, todo armonizado sin pisarse unos a otros, sin protagonismos. Conforman
un equilibrado y muy democrático repertorio casi siempre alegre, de brisas veraniegas
y vientos retro a veces y de jazzísticos ambientes otras. E intervienen Brian
Blade, Tony Scherr, Rob Burger y Tony Garnier. Un lujo.
Del
primer al duodécimo corte Ghost on ghost es un deleite. Las sutilezas se
aprecian en cada segundo. Imposible no caer enamorado de Low Light buddy of
mine, New Mexico’s no breeze y sobre todo Singers and the endless song y
Lovers’ revolution. Lección magistral. Una más.
Nota:
9/10
1 comentario:
mágnífico disco.
magnífico sam
a mi me gustan casi todas. Añadiría entre las destacadas a "the desert babbler". super bonita
saludos
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