Los
rincones de las tiendas de segunda mano guardan variados y curiosos tesoros de
todos los tiempos. Muchos vamos a esas tiendas a ejercer de arqueólogos entre
la música y la literatura que otros desechan, o a deshacernos nosotros de
aquello que una vez nos interesó o cayó de casualidad en nuestras manos y ahora
no es digno de reposar en nuestras estanterías… Me duele que alguien una vez
creyese que este disco no merecía estar entre sus posesiones y lo abandonara en
el polvo de un almacén de artículos de baratillo. La anécdota fomenta una nueva
escucha de este sensacional álbum, el primero de Stephen Stills en aquellos
años irrepetibles, en 1970, ya enterrado Buffalo Springfield, ya con CSN (&Y)
en plena acción.
A veces
un músico alcanza en solitario la grandeza que comparte en el seno de una
banda. Stills lo demostró en su primer trabajo. Llamó a un par de amigos como
Eric Clapton y Jimi Hendrix para que adornasen dos temas fantásticos (Go back
home y Old times good times), se rodeó de Crosby, Nash, Mama Cash, Booker T,
botellas de tequila y demás complementos y completó un debut extraordinario.
Tiene brío, fibra, la pureza emocionante de un pura sangre. Lo que después
firmó Stills también solo no llega a este nivel. Cuando se toca el cielo es
imposible subir más.
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