lunes, noviembre 30, 2009
GREATEST HITS 81: LOW RISING (THE SWELL SEASON)
jueves, noviembre 26, 2009
VOLUME TWO 47: DEATH CAB FOR CUTIE
Su biografía no es nada del otro mundo. El grupo se creó en 1997 en Bellingham, al norte de Seattle y al borde de la frontera con Canadá. Han tenido unos cuantos baterías y publicado ocho discos, el más exitoso en 2003, Transatlanticism, cuyo tema titular sonaba en boca de Claire Fisher y sus amigas revoltosas en la cuarta temporada de A dos metros bajo tierra. Los siguientes, Plans (2005) y Narrow stairs (2008), se me pegaron unos días seguidos a mis oídos. Con ellos me bastan por ahora. Disfruto de Death Cab for Cutie.
GREATEST HITS 80: FREDDIE’S DEAD (CURTIS MAYFIELD)
En un breve viaje a otras décadas al que me ha llevado mi selección musical me he encontrado de nuevo con los ritmos flotantes y embriagadores de Freddie’s dead, ese pedazo de lamento envenenado que recita con sutileza y emoción el gran Curtis Mayfield, uno de mis temas funk preferidos de todos los tiempos. El bueno de Curtis era un tipo grande, un artista de exquisita interpretación y genial talento creativo, un autor entrañable al que la vida castigó con un desgraciado final. Sus mejores discos son los de los años setenta, desde luego, por lo menos hasta Give get take have (1976). En una de sus obras maestras, el trabajo para el film Superfly (1972), el primer single fue Freddie’s dead, que en la película se escucha en su versión instrumental. Pero aquí está Curtis en plena época de efervescencia, preciso y seductor ante sus músicos, poniéndole dolor a la muerte de Freddie.
martes, noviembre 24, 2009
BONUS TRACK 72: AFTER THE GOLD RUSH (NEIL YOUNG)
viernes, noviembre 20, 2009
VOLUME ONE 203: THE FALL (NORAH JONES)
Nota: 7/10
VOLUME TWO 46: FOTHERINGAY
No me atrae demasiado el british folk rock, el movimiento al que se adscribieron muchas bandas de Londres y sus alrededores (Fairport Convention, Pentagle, Jethro Tull, Nick Drake) desde finales de los sesenta y durante la década siguiente. Pero alguna sí me gusta especialmente, como Fotheringay, un grupo de fugaz existencia (y para algunos una formación de cierto culto), ya que en menos de un año, el de 1970, nació y desapareció con la figura de Sandy Denny como detonante. Sandy había dejado a la tropa de Fairport, se había ligado a Trevor Lucas y éste había convencido a sus socios de Eclection para formar un nuevo grupo. Así surgió Fotheringay, que sólo editaron un álbum con el mismo título de la banda y que en la preparación del que iba a ser su segundo trabajo se disolvieron tomando caminos diferentes. Sandy inició en ese momento una interesante carrera en solitario con dos o tres discos muy recomendables hasta su muerte en 1978.
La música de Fotheringay se distancia un poco de la de Fairport Convention y otros grupos contemporáneos porque aunque no abandona las referencias tradicionales británicas, huye más de los aires célticos y campestres que inspiran la instrumentación y las voces de sus nombres principales. Hay una tendencia más americana en Fotheringay, una cercanía mayor al blues y al country por culpa de los orígenes de sus demás miembros. En 2008 se editó lo que casi cuarenta años antes iba a ser el segundo disco del grupo, 2, un trabajo de resurrección que permite comprobar muy bien las virtudes de esta banda.
martes, noviembre 17, 2009
LIVE IN 81: THE QUIREBOYS (A CORUÑA, 16-11-09)
viernes, noviembre 13, 2009
LIVE IN 80: SUPERGRUPOS DE MIERDA
Me acuerdo de aquellos Oysterhead, virguerías psicodélicas e indescifrables de Stewart Copeland, Trey Anastasio (Phish) y Les Claypool (Primus), algo intragable ahora. Incluso a la tercera escucha no hay quien llegue al final de lo que proponen Monsters of Folk (M. Ward, Conor Oberst, Jim James y Mike Mogis). Lo último que he tratado de soportar es Them Crooked Vultures, el colegueo de Dave Grohl, Josh Homme y John Paul Jones empapado en grandilocuencia y truenos, tres buenos elementos empeñados en demostrarle al resto del mundillo lo buenos e insoportables que son juntos.
Hay muchos más. No voy a perder más tiempo.
lunes, noviembre 09, 2009
VOLUME TWO 45: EILEN JEWELL
Eilen Jewell empieza a visitar con más frecuencias estos lugares. La voy queriendo demasiado. Me sedujo con Letters from sinners and strangers (2007), me cautivó con Sea of tears (2009) y me atrapó sin remision con Boundary county (2006), por ese orden. Con la dulzura de su country, el brillo de su rockabilly acaramelado, su blues reluciente y una brisa de soul esponjoso. Y las caricias de su voz sedosa y su cara de buena chica. Y esos tres tipos que la arropan con la gracia sencilla de sus instrumentos, Jerry Miller, Johnny Sciascia y Jason Beek. No me importa proclamar y compartir mi amor.
REGRESO
“Hay cosas que nunca cambian”, rutinas que nos sobreviven y resisten a las horas, días y semanas de separación. Verte de espaldas, darte la vuelta, abrir los brazos, atraparme y dejarte besar una, dos y tres veces. Contarnos cosas, reírnos, preocuparnos, soñar un poco, acompañarnos. Un guiño de ojos, una voz afónica, la ropa en tu cuerpo, la forma de los dedos, los gestos de las manos, la suavidad de una mejilla, los dientes que se ríen. Basta con eso. Aunque hay tanto.
domingo, noviembre 08, 2009
GREATEST HITS 79: COWGIRL IN THE SAND (NEIL YOUNG & CRAZY HORSE)
miércoles, noviembre 04, 2009
SOUNDTRACK 93: A DOS METROS BAJO TIERRA (4ª temporada)
-Te agarras a un poco de sufrimiento… y ¿qué eso comparado con que estés vivo?
-No puede ser tan simple.
-¿Y si lo es?
La cámara se aleja lentamente y la puerta de la terraza enmarca a David con la cabeza apoyada en el hombro de su padre hasta que la imagen vuelve a fundirse en blanco.
Demoledoramente acaba la cuarta temporada de A dos metros bajo tierra, como también concluía la tercera, y la segunda. Vaya, creo que voy a llorar cuando termine esta historia, cuando todo quede cerrado sin rendijas para estirar nada más al finalizar la quinta etapa. Antes, la familia Fisher y sus allegados continúan vagando desconcertados por sus existencias, precipitándose, enfadándose, reconciliándose, conociéndose a sí mismos, experimentando, viviendo y muriendo un poco cada día con las preocupaciones y emociones que a todos, que a todos nosotros, nos toca tener en este paso por la vida. Una vez más, magistral.
lunes, noviembre 02, 2009
VOLUME ONE 202: SIGH NO MORE (MUMFORD & SONS)
Otra imagen seductora y sugerente. Esta es la postal: cuatro jóvenes dentro del escaparate de lo que parece una tienda de una calle sencilla de casas bajas; un chaleco, una camisa de cuadros, dos sombreros, guitarras acústicas, un contrabajo, un acordeón. He vuelto a acertar. Es la portada que ilustra el primer disco de Mumford & Sons, una formación surgida de la escena folk de Londres. Por los cauces de estos entornos brotan animosos grupos como este de Marcus Mumford e hijos, jóvenes amigos que tan pronto remiten a Fleet Foxes (Sigh no more) como a Joanna Newsom (The cave) para cabalgar después por la pradera (Winter winds) o afrontar empresas épicas (Awake my soul). Sigh no more (Island, 2009) no tiene espinas de desperdicio, posee músculo en su ropaje acústico y garra en sus percusiones callejeras. Harían un trío de lo más tentador junto a Felice Brothers y Old Crow Medicine Show.
Nota: 8/10
VOLUME ONE 201: THE HOUSE THAT DIRT BUILT (THE HEAVY)
Las próximas líneas podrían acompañar a las que dediqué al último disco de Wolfmother, en las que aproveché para reflejar la falta de originalidad y la repetición de argumentos que encuentro en las propuestas que el mercado musical nos continúa ofertando. The Heavy, un grupo reciente que ahora llega a mis oídos, le da una vuelta a la tortilla (es decir, que el sabor poco va a variar), ya que mientras Wolfmother, por ejemplo y para seguir, invitan al abandono por hastío, esta nueva banda inglesa te guarda una sorpresa en cada movimiento. The Heavy, quinteto inquieto, revuelve sus gustos y preferencias en una batidora de la que extrae un zumo rico y espumoso. Les atrae el soul, el garage, el reagge, el rock áspero, el funk; todo eso se escucha en los diferentes cortes de The house that dirt built (Counter, 2009), su segundo disco, un mejunje que te mantiene despierto y deseoso de encenderte porque cada tema parece firmado por un grupo diferente. ¿Originalidad? Tampoco, pero las novedades no garantizan siempre la alabanza.
Nota: 7/10