En un breve viaje a otras décadas al que me ha llevado mi selección musical me he encontrado de nuevo con los ritmos flotantes y embriagadores de Freddie’s dead, ese pedazo de lamento envenenado que recita con sutileza y emoción el gran Curtis Mayfield, uno de mis temas funk preferidos de todos los tiempos. El bueno de Curtis era un tipo grande, un artista de exquisita interpretación y genial talento creativo, un autor entrañable al que la vida castigó con un desgraciado final. Sus mejores discos son los de los años setenta, desde luego, por lo menos hasta Give get take have (1976). En una de sus obras maestras, el trabajo para el film Superfly (1972), el primer single fue Freddie’s dead, que en la película se escucha en su versión instrumental. Pero aquí está Curtis en plena época de efervescencia, preciso y seductor ante sus músicos, poniéndole dolor a la muerte de Freddie.
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