Un soplo de calma, cortinas abiertas para que entre el aire, por favor. Conviene no pensar, no analizar si lo que hacemos está bien o mal. Tan fácil como cantar y desear. Nos mira Nina: “A mi chica no le importan los coches ni las carreras, ni la ropa, ni los espectáculos, ni los lugares de primera categoría. A mi chica sólo le importo yo”. Puede que alguien me cuide, es lo que todos deseamos.
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