miércoles, septiembre 24, 2008

VOLUME TWO 41: NEKO CASE

Aunque no estén en mi selección de favoritos hay músicos que me agrada visitar de vez en cuando, más bien tarde que pronto, pero que en cada una de esas veces desprenden un halo casi imperceptible que me ata a ellos contagiosamente. Busco ejemplos antes de llegar a la protagonista de este post: Buddy Miller, Nick Drake, Laura Nyro, Stephen Stills, Gillian Welch. Y Neko Case también. En su caso encuentro vigor en su expresividad, una huella profunda en su manera de cantar, prolongando el eco metálico y retumbante de su voz americana en la madeja formada por su country alternativo.

Me pasó al conocerla. Tuve que escuchar su música más de una vez para descansar en su tirante calidez con comodidad. Una vez conseguida esta sensación reconocí hermosas canciones, fascinantes acordes y una espontánea emoción en su puesta en escena, en su interpretación.

Nació en Virginia hace 38 años y se movió por varios estados antes de su adolescencia; abandonó el nido para probar fortuna en círculos artísticos y tocó la batería en bandas menores canadienses; saltó sin red de la escena punk a la country y adoptó en sus versiones y en sus propias composiciones un estilo personal, una refrescante y modernizada recuperación de los esquemas country-folk-rock americanos. Quedó adoptada al norte de los USA, por eso prestó su voz dominante a The New Pornographers mientras comenzó a grabar por su cuenta junto al grupo The Boyfriends. En 1997 publicó su primer disco, The Virginian, al que siguieron trabajos más corpulentos: Furnace Room Lullaby(2000) y Blacklisted (2002), su obra casi redonda (¡qué enorme canción Deep red bells!), grabado en tierra de maestros, Tucson. Repitió en la ciudad de Arizona con Fox confessor brings the flood (2006) bajo el techo del sello Anti.

Os dejo estos ejemplos, los que despiertan cada cierto tiempo mi admiración por Neko Case.

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