jueves, febrero 19, 2009

LIVE IN 70: EL JAZZ COMO ESCAPE

He tenido que buscar una escapatoria y la he encontrado en el jazz, una vez más. Su caprichoso rompecabezas está siendo un pequeño salvavidas estos días, no sé hasta cuándo, y (algunos sabéis) no soy un fanático de este género ni un ávido consumidor. Pero me gusta acudir a sus brazos para desinfectarme de vez en cuando. La última plaga me ha debilitado y desanimado. Ninfas del folk, trovadores inflados, cuartetos rupestres, jefes de la canción o formaciones que del empleo abusivo de las máquinas sacan insoportables pastiches de distorsión… cualquier cosa de las que he escuchado últimamente me ha producido un efecto vacío y desalentador. La música… sin ella no podemos vivir, pero con ella tampoco.

No he buscado entre las obras más grandes, ni tampoco entre las de los más grandes. Tres fantásticas y económicas reediciones de Blue Note me han ayudado estos días a quitarme de encima los componentes tóxicos de una música que va perdiendo su alma. Dexter Gordon (Our man in Paris), Donald Byrd (Slow drag) y Grachan Moncur III. (Evolution). No está mal, ¿no? Pulsar el Play y dejarse llevar.

3 comentarios:

The Incredible E.G.O´Riley dijo...

El jazz es una música tan maravillosa que perderse en ella hace restañar las heridas. Para mi también es un bálsamo.

Saludos amigo.

el dijo...

El de Byrd no lo he escuchado los otros dos: imprescindibles...

Un saludo.

Anónimo dijo...

Me ocurre lo mismo que al ascensorista, que no he escuchado el de Byrd. Los otros también me parecen imprescindibles. Si tuviera que quedarme con uno de ellos, sería de el de Gordon - pero es que Dexter Gordon es una de mis debilidades.