Es Ani, así que entrar en su mundo a través de sus discos supone siempre caminar a ciegas. Su intimismo no se refugia ahora ni en el jazz caprichoso, ni en la electrónica invernal, ni en el acelerado folk desnudo, sino en una especie de pop más otoñal sin ningún tipo de gesto deprimente. Si a la ligera uno acaba de escuchar Red letter year puede pensar que el álbum lo ha firmado cualquier figura emergente o casual más de ese extenso género de pop vocal femenino a las que el tiempo olvida enseguida. Pero canta y compone Ani Difranco, ojo, una tía que sabe cambiar de traje sin que ninguno le siente realmente mal, y elabora un estilizado y cálido pop con brotes de jazz y funk en una trompeta afligida, una animosa sección de viento de Nueva Orleans, una debilitada pedal guitar o una amistosa caja de ritmos.
Apuesto a que seguirá grabando con la misma frecuencia (puede que incluso se tome algún descanso más largo en la próxima década), a que seguirá creando y cambiando con el mismo placer personal con el que comparte la música que recorre su cuerpo y las emociones de sus entrañas. Nunca ha buscado la gloria ni la ha necesitado, y la historia, dentro de muchos años, no tendrá cuentas pendientes con ella. Pero seguirá sentada en un pequeño gran trono.
Nota: 8/10
3 comentarios:
Hola tío!
Me encantan las canciones de tu hermano, y es él quien me ha dado el enlace para que me pase por aquí.
Tienes un blog de lujo tío, música de la buena y comentado como dios manda, llevo un rato ya paseándome por él! ;)
Y eso, que pasaré más a menudo y, si no te importa, te enlazo en mi blog, un saludo!
Esa pequeña gran Ani que ya se tiene ganado su pequeño gran trono...
Un muy buen disco. Dinámico, abierto y como siempre, con algo nuevo, con algo que lo aleja de todo...
me alegra que te haya gustado...
Gracias Mikel y bienvenido. Yo te añado a mi listado de blogs. Saludos y nos leemos.
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