miércoles, noviembre 02, 2005

VOLUME TWO 5: HOT TUNA

Con motivo del post anterior rescato a una banda que no hace mucho descubrí, hará un par de años entre las paredes del Tribeca. Una pieza eléctrica de blues, con espacio para el lucimiento y de poderosa base rítmica me atrajo ya hacia el final de su minutaje. Era una noche propicia para quitar las telarañas a grupos olvidados y José Luis llevaba unos días recuperando la música de Hot Tuna. Nunca había oído hablar de ellos. "Lo formaron el guitarrista y el bajista de Jefferson Airplane después de salir del grupo", explicó desde su rincón. Aquella información me hizo sacar del baúl a mí también los sonidos de Jefferson y, de paso, adentrarme en la lujosa ramificación que fue Hot Tuna.

El guitarrista Jorma Kaukonen y el bajista Jack Cassady se conocieron cuando eran estudiantes en California a comienzos de los 60. Jorma amaba el blues de los años 20 y 30 y su estilo en las cuerdas se caracterizaba por picarlas cuidadosamente con sus yemas. Comenzó a tocar su blues tradicional en locales de San Francisco y mediada la década Paul Kantner y Marty Balin le propusieron unirse a su proyecto, una formación de rock psicodélico que poco después el propio Kaukonen bautizó como Jefferson Airplane. Aunque no era blues lo que ofrecía el grupo, el melenudo Jorma se dejó llevar por sus nuevos amigos y reclutó al colega Cassady para encargarse del bajo. Poco más tarde la agresiva e intimidante voz de Grace Slick completó el grupo, uno de los principales exponentes de la extensa flota de rock californiano a finales de los 60.

Tras un puñado de buenos discos y unos cuantos éxitos (White rabbitt, Somebody to love, Volunteers), que con los años el cine ha resucitado en la banda sonora de películas más recientes, Kaukonen se aburrió del grupo y quiso retomar el camino antes recorrido por las entrañas del blues. Cassady no dudó en seguirle y entre los dos formaron Hot Tuna en 1970. Su primer disco, llamado como el grupo, se limitó a que el bajo acompañase a la acústica pacífica de Kaukonen en la interpretación de viejos clásicos del blues rural. Pero a ritmo de álbum por año, la banda fue ganando personal y la guitarra eléctrica de Jorma fue sirviendo un rock de raíces folk más envolvente.

La batería y el violín eléctrico de Papa John Creech aportaron al sonido de Hot Tuna una rudeza progresiva a discos como Burgers, Yellow fever, America’s choice y Hopkorv, los tres de mitad de los 70. Después, el grupo espació más sus trabajos y grabó algún directo recomendable hasta finales de los 90. Cassady colaboró con otros músicos y Kaukonen inició en los últimos años 70 una carrera en solitario irregular, aunque salpicada de resultados admirables como Too many years (1998) o Blue Country Heart (2003), un viaje de regreso al blues tradicional sentido y degustado como si naciese del porche de un rancho. También Jack Cassady se rodeó de grandes músicos de rock americano en su propio disco Dream Factor (2003), más rockero y con alguna brisa psicodélica en sus adornos.

Jack y Jorma, con menos pelo ambos, entrado en kilos el guitarrista, siguen tocando juntos, muchas veces como dúo, y Hot Tuna late fiel a su esencia por territorio americano, en viejos y nuevos teatros, muy lejos de una Europa y unos escenarios españoles, que difícilmente podrán recuperar su música y pasión en vivo.

No hay comentarios: