lunes, noviembre 07, 2005

SOUNDTRACK 5: IRON & WINE Y THE SHINS

'Indie'. Etiqueta, corriente o tendencia para la discordia. El cine indie, si se entiende como aquel que nace al margen de los grandes estudios, que se alimenta de argumentos novedosos o complejos y se dirige a un público más exigente que el convencional, tiene una acogida mucho más calurosa en los festivales que en las salas comerciales y le importan menos las recaudaciones, aunque nunca le dé la espalda a los ingresos, cuanto mayores mejor. Como en el cine comercial, de las fuentes indies surgen grandes pequeñas películas y grandes pequeños bodrios.

La música indie, con esa pegatina que la prensa y los propios músicos le ponen encima, irrita a los fans con alma rockera y seduce a los modernillos con alma pop. La revista musical española Popular 1, por ejemplo, difícilmente dedicará un párrafo a Iron & Wine, mientras que Rock de Luxe abrazará las melodías de The Shins. La edición española de Rolling Stone, en cambio, podrá referirse a ambas bandas mediante críticas o reportajes. Son ejemplos, nada más, quizá las líneas editoriales de cada publicación opten en otro momento por ser más flexibles.


Menciono a Iron & Wine y a The Shins porque su música sobresale en la elección musical de dos películas estrenadas en los últimos meses, In good company y Algo en común (Garden State), paradigma reciente éste de cine indie norteamericano.

Iron & Wine es el nombre detrás del que se esconde el joven Sam Beam, un barbudo profesor de cine de Miami que puede formar parte de ese grupo de cantautores del llamado neofolk (Devendra Banhart, Sufjan Stevens, Micah P. Hinson) bien recibidos por la crítica internacional. Iron & Wine presenta propuestas más modestas, canciones menos enrevesadas que sus colegas, apoyadas casi siempre en el único aliento de su guitarra y sostenidas por su voz encogida. Posee Iron & Wine un par de discos y varios Eps, de los cuales el más reciente ha grabado junto al grupo Calexico. En In good company se deslizan tres temas –dos incluidos en el fantástico Our endless numbered days– en emotivos y entrañables instantes de la película, con la preciosa presencia de Scarlett Johansson como complemento irresistible.

Por su parte, la música soleada y sonriente de The Shins nace sorprendentemente de los secos y nada alegres paisajes de Nuevo México. Cuatro amigos surgidos de una formación llamada Flake se han ganado los halagos generales de la escena indie gracias a su admiración nada disimulada por los Byrds y Beach Boys. Por la música de The Shins vuelan estos espíritus aún rejuvenecidos y se explayan teclados contagiosos, melosos juegos de voces y un aura poppy (otro término que genera tanto elogio como rechazo) a veces gratificante. En el film Algo en común (en donde se escuchan dos temas del álbum Oh, inverted world) el personaje de Natalie Portman le decía al principal protagonista que "la vida te cambia cuando escuchas a los Shins". Bueno, en el cine, por muy indie que sea, todo está exagerado.

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