lunes, noviembre 28, 2005

VOLUME ONE 7: THE ANTIDOTE (MORCHEEBA)

Muy pocos discos me han complacido tanto en este 2005 que va llegando a su fin como The Antidote, la sugerente última propuesta del grupo británico Morcheeba. Su nueva receta incluye además un lavado frontal, puesto que la más despierta y combativa Daisy Martey viene a sustituir a la delicada Skye Edwards como primordial voz solista. Su presencia en la poderosa línea delantera del grupo puede provocar el debate entre sus seguidores, pero creo que en este caso Morcheeba sale ganando con la fórmula. Porque sin perder la cautivadora capacidad para crear atmósferas contagiosas (como las que llenan el sensacional álbum Big calm), la banda incorpora una frescura rockera a sus bailables esencias pop y electrónica.

Responsables de nuevo de esa ganada riqueza instrumental son los hermanos Ross y Paul Godfrey, más desmelenados con las guitarras, iluminados en la creación de ritmos y otra vez hábiles en la selección de ruidos y la composición de pegadizos estribillos.

A su talento le acompaña esta vez otro encanto vocal como Daisy Martey, procedente de una banda llamada Noonday Underground, quien se descubre en Morcheeba no sólo como el contrapunto de Skye Edwards, sino como la a veces digna sucesora de una resucitada Grace Slick (Jefferson Airplane) una punto más elegante. En el single Wonders never cease, y también en otros temas como Living hell, Lighten up o Everybody loves a loser, se aprecia ese antídoto seductor de Morcheeba, el fuerte carácter de Daisy y los exquisitos juegos musicales de los Godfrey. Así se crea da forma a una maravilla.
Nota: 9/10

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