En
nuestra lista selecta de debilidades guardamos artistas que nos gusta
alumbrar por encima de las demás, música especial por razones no
tan especiales, simples impulsos personales de los que no nos
despegamos pasados el tiempo y los discos de una carrera. Algo así
pasa con Neko Case. Su
obra no es extraordinaria, pero consigo apegarme mucho a ella; sus
álbumes están lejos de la perfección, mas a mí me parecen ideales
en cualquier momento. Su voz (siempre el timbre reluciente de su voz)
ilumina canciones que escarban en terrenos más bien oscuros, y
cuando le ha servido para conducir su propia música o la ha prestado
en colaboraciones musicales ha creado piezas de música
contagiosamente irresistibles. Su noveno disco, Hell-On (Anti-,
2018), tiene temas de este tipo (Last
lion of Albion, Bad luck, Oracle of the maritimes).
Bien arropada por amistades como Laura Veirs y K.D. Lang (con las que
grabó hace dos años el delicioso álbum case/lang/veirs), el núcleo
de Calexico, Kelly Hogan y Mark Lanegan, Neko construye
otro trabajo de fuerte armadura vocal, instrumental y emocional, de
nuevo, como el resto de su obra, a unas cuartas de lo sobresaliente
pero abiertamente tentador.
Nota:
7,5/10