Hay
una finura inquietante en la aspereza de este disco, una tranquilidad
escondida tras el aire crudo que emana de su tórrido blues, música
que brota desde los campos de algodón y en los márgenes de las vías
del ferrocarril donde los presos sudan sus lamentos. El repertorio,
aunque puedas imaginarlo,
no surge de la tradición oral que el blues canalizó desde hace más
de un siglo, como
te harían creer temas tan oscuros y directos como When I go o Bad
habits, sino
de la inspiración volátil de Ben Harper, este año de nuevo armado con los músicos de Relentless7 para firmar con el
armonicista
Charlie Musselwhite su segundo trabajo en equipo. No mercy in this
land (Anti-, 2018), grabado en la soleada Santa Monica con todo el
grupo en la misma sala, ahonda
en la austera
climatología
blusera que crean las cuerdas penetrantes
de Ben y
la armónica rastreadora
de Charlie (Love
and trust, Movin’ on).
Menos luminoso que el también brillante Get up! de 2013, de la misma
forma franco
y cautivador.
Nota:
7,5/10
1 comentario:
A mi me ha gustado mucho .... adoro a Harper y me gusta como se airea con estos proyectos para no repetirse. Un grande discreto que com Musselwhite lo borda. Muy bueno
Publicar un comentario