Hay
álbumes que predicen la ruptura de una banda, que confirman que nada
bueno puede volver a suceder y que no queda otro camino que el de
mirar cada uno hacia su propio destino. La portada de Last time
around (1968) ya aporta alguna pista de
la brecha que se avecina:
la seriedad de los rostros, ojos
caídos, Neil Young
mirando hacia otro lado como que esto no va conmigo, y esa última
vez del título que ha de poner fin a la aventura. Buffalo
Springfield duró en realidad lo que tenía que durar, sus miembros
ya no daban más de sí juntos, y
Young y Stills eran dos animales independientes que volverían a
colocarse juntos en otro supergrupo predestinado a librar fuertes
batallas internas.
El
country rock no parecía hace
cincuenta años un género para la longevidad y los mejores grupos
llevaban encima fecha de caducidad. Poco antes de su disolución, los
miembros de Buffalo Springfield ya ni coincidían en la misma sala
para grabar juntos el tema compuesto por uno de ellos. Este tercer y último
trabajo contiene temas dignos (Pretty girl why, Questions, Kind
woman, I am a child), pero que en cadena no consiguen mantener una
unidad merecedora de confianza. Fue un mal que trajo bien.
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1 comentario:
Tanto talento en una misma sala ... aunque como tu dices, el caballo loco tenia que trotar solo y al final el Beatles-Country-Rock de Springfield se le quedaba corto al canadiense ... y puede que a los demas tambien
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