Aquí merece la pena detenerse
un rato. No por algo en especial, la verdad. Atrae esta imagen: el
salón del hogar donde el músico ensaya, quizá de espaldas a la
ventana por la que golpea la luz del sol cegador de un día de verano
californiano capturado en múltiples gamas de gris. ¿Qué música
hay detrás? Gold Star esconde al joven Marlon Rabenreither,
compositor de rodaje en escenarios y resacas en Los Ángeles, por
donde ha arrastrado con los destellos vaporosos de su voz y su
guitarra la melancolía latente de sus canciones. Big blue (Autumn
Tone, 2017) es su álbum. ¿Algo inusual, algo atrevido, algo
memorable? Nada de lo que ahora podemos decir que perdurará. Pero,
en su propia altura y también en sus miradas heredadas, suena muy
bien. Folk-rock y todo cuanto lo alimenta. A ver a quién o a quienes
os recuerda.
Nota:
7/10
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