Valioso
tesoro. Escribe el productor que reunió a estas cinco figuras del
soul, Joe Henry, que “este es un nuevo disco de soul hecho al modo
clásico, no una recreación de música soul clásica”, que es
“música impregnada de tradición interpretada sin ninguna
reverencia particular por ella”. En 2005, los cinco pasaron por los
estudios Capitol de Los Angeles durante apenas una semana para
dedicarse a eso precisamente, a sentir el soul para que emanara de
ellos de forma natural y fluidamente apasionada. El resultado fue la
primera sesión de una serie que (creo) no se ha alargado desde
entonces y que, de haberlo hecho, habría tenido a otros
protagonistas.
Billy
Preston y Allen Toussaint ya no están entre nosotros, y, si
repitiesen, Mavis Staples, Irma Thomas y Ann Peebles tendrían que
apoyarse en otros ilustres compañeros. I believe to my soul recoge
aquellas grabaciones. Son exquisitas canciones que se reparten las
voces principales, aunque prácticamente todos intervienen de algún
modo en cada tema. Los brillantes y avezados músicos de sesión que
abrigan a los cinco contribuyen a crear una colección deliciosa de
finas joyas, música que es freno y relajación frente a los nervios
apresurados de nuestros días. Placer.
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