¡La madre que
parió este disco! Si su nombre no figurase en los créditos me habría pasado
inadvertido como tantos a lo largo de un año, pero Joe Henry lleva la batuta
del sonido y encaja con su exactitud y distinción habituales las emociones
internas que surgen de las voces y los instrumentos. Así que le debo obligada
atención. Me preguntó cómo ella y él dieron el uno con el otro. Natalie Duncan es
una veinteañera de Croydon criada en Nottingham, dueña de una voz vibrante y
profunda que exprime con intensidad y que acompaña de una exquisita y exigente formación
pianística. Ahí se acerca su música más a Alicia Keys que a Amy Winehouse. Tampoco
hace falta llamarse Adele o morir pronto dejando un podrido cadáver para transformarse
en icono en Inglaterra.
Y Devil in me
(Verve, 2012) fue uno de los mejores trabajos del año pasado. Se me escapó y no
entró en la lista de escogidos porque, vaya, llegué a él un poco tarde. Expertos
músicos arropan a la chica y un sonido que cabalga entre el soul y el R&B
con naturalidad viste un disco excelente. A la edición extendida le sobran los tres
últimos temas añadidos, pero la original se beneficia de preciosos cortes como Sky
is falling, Find me a home o Because so sweet. Inesperada asociación, festejado
descubrimiento.
Nota: 8/10
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