Cuando lo nuevo no te descoloca, cuando no encuentras estímulos superlativos, el blues es una buena, muy buena escapatoria. El blues puro, el genuino, la raíz, el polvo, la tierra. A ello acude el doctor House, el actor británico Hugh Laurie transformado en bluesman americano de pura cepa cuando se sienta al piano. Le encanta y se nota.
Al excelente
Let them talk (2011) le sucede el no menos brillante Didn’t it rain (Warner,
2013). Otra exploración por el cancionero tradicional empapada de blues,
emborrachada de la esencia de viejos autores rescatados del archivo. El disco
se lleva a la boca (se debe degustar) en esa atmósfera tan difícil de
reproducir fuera de nuestra imaginación, cubiertos de humo en las mesas de los
garitos de New Orleans, viajando en sorbos de bourbon y abrazado a las caderas
de una negra y al contoneo de la música. Hay versiones divinas de incunables casi
perdidos y la edición deluxe aporta Unchain my heart y Yeah Yeah en vivo como
sublime colofón.
El sonido
es preciso, integral, perfecto, mezclado de nuevo por Ryan Freeland y producido
por el gran Joe Henry y sus músicos de garantía.
Nota:
9/10
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