martes, marzo 05, 2013

VOLUME ONE 287: THE NEXT DAY (DAVID BOWIE)



Ante todo, tomemos a Bowie como modelo de lo que tiene que ser un regreso a escena como dios manda. Que tomen ejemplo quienes tardan varios años, décadas incluso, en romper su silencio con nuevos trabajos totalmente planos, previsibles y olvidables. O en quienes invierten otros muchos años en darle forma a un disco nuevo que promete ser el no va más y como poco es algo parecido a bien menos. Diez años después de su último disco de estudio y tras rumores varios sobre la delicadeza de su salud, David Bowie está de vuelta. The next day (Columbia, 2013) estará a la venta el próximo martes.

Siempre avanzó un paso por delante, jugando con los géneros o desfigurando estilos, adornándolos a un antojo innovador y coherente. Los demás le siguieron, él no fue a clase pero creó escuela. Marcó tendencias y creó imágenes. Con mayor o menor fortuna. Y con The next day mantiene un escrupuloso rigor a su propia identidad. No ofrece nada nuevo, pero sí algo distinto, una creatividad única, como nadie, o muy pocos, consiguen en estos tiempos. Se disfraza de sí mismo en otras décadas pero sin despojarse de sus nuevas vestimentas. Como antes pero a día de hoy, nada caduco ni fuera de lugar, sino muy fresco. El regreso de Bowie , oculto en la portada en la imagen del álbum Heroes tras una simple lámina blanca, es una celebración altamente disfrutable.

Temazos hay unos cuantos: The stars (are out tonight), Love is lost, Boss of me, You feel so lonely you could die. Unos suenan a lo mejor de los setenta, otros a lo mejor de los ochenta. Crujen guitarras musculosas, teclados agresivos, saxos sinuosos y electrizantes juegos de sonidos. Tony Visconti, su mejor aliado, se marca una producción traviesa y preciosista. Pongamos como reparo que se hace un poco largo pese a no tener nada de desperdicio. Yo me lo paso muy bien escuchándolo y me voy a atrever a repasar estos días sus discos que menos me gustan.

Me gustaría que U2, por ejemplo, retornasen pronto al estudio y que, como Bowie con The next day, demostrasen que algo de su brillantez pasada aún perdura, que están del todo vivos y siguen extrayendo de su música algo de grandeza.

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