En el
umbral del comienzo, sin nada a tu espalda que añorar y el equipaje preparado
para no pasar frío. Llévate ropa pesada, que dicen que allá hace mucho viento. Apréndete
unas líneas con las que te hagas entender, pero compréndete mejor a ti mismo. El
billete marca tu fecha de vuelta, deja mejor el regreso abierto, que nunca hay
nada seguro al perderte detrás de la esquina.
Marchaste
hace tanto tiempo, hace tan poco. Nada te retenía. Se escapan estos días en los
que has vuelto, de nuevo entre las calles y personas que conoces, un lugar en
ninguna parte, de paso entre la niebla que cubre lo que queda atrás y las nubes
que esconden lo que guarda el futuro. Quizá sin que te hayas encontrado aún,
sin que te reconozcas.
Has
perdido la cuenta de las veces que has vuelto, puede que esta sea una de las últimas,
que pronto regreses para nunca más marchar. Demasiados viajes encima, entre un
hogar donde preguntan por ti y una larga estación tan alejado de quienes te
recuerdan. Quizá te sobra ya un juego de llaves. Acaba un año, empieza otro, todo
y nada cambia sin darnos cuenta apenas.
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