sábado, enero 19, 2013

EL PLACER DE CONVERSAR, COÑO



No es tan difícil, en serio, basta con dejarse llevar por el placer de la conversación, preguntas y respuestas en vivo, sin distancias. La clave es disfrutar de ello. Hablar durante dos horas sin interrupción, contarse cosas, historias, ficciones, reflexiones, reír, pensar, recordar… y no desviar la atención en absoluto hacia esa pantalla esclavizante alertados por un sonido o una vibración. No más respuestas que las que se dicen a la cara. Miremos al frente y dejémonos la vista en nuestros rostros. No es necesario saber que a alguien le duele una muela, que se ha levantado del sofá para abrir la nevera y preparar un sándwich o que su niño ha marcado un gol en el partido del sábado. Si a esto estamos encaminados, si este abuso consume el encanto de nuestras voces, prefiero quedarme callado.

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