Hace
tiempo lamenté las reapariciones de Eagles y The Who después de muchos años de
inactividad, décadas. Cargué contra sus discos, obras sin carne y sin alma de
los que ni recuerdo el título. Recuerdo aquel frustrante sentimiento porque
ahora, en vísperas del otoño, almaceno telegramas sobre las apariciones de
nuevos álbumes de solistas o bandas que también llevan tiempo (no tanto) sin
publicar material nuevo. Sus regresos (algunos ocurrieron hace semanas) despiertan
diferente expectación: altas esperanzas en algunos casos, fe en mi admiración
hacia el músico en otros aunque no crea que su retorno vaya a regalarnos sus
mejores trabajos, e indiferencia o desinterés en otros casos.
Empecemos
por estos últimos. Ya he escuchado las olvidables novedades de Lynyrd Skynyrd o
Smashing Pumpkins (nada nuevo, nada fresco); respecto a Aerosmith no tengo
ninguna confianza en que se desmarquen de la mediocridad de su obra en los
últimos veinte años.
Con algo
más de interés esperaba los regresos de Bobby Womack y Fiona Apple, a quienes se
les ha dado por cierta experimentación, retorcida y atrevida el primero,
desnuda y a solo a ratos estimulante la segunda.
Deposito
mi confianza en la seguridad que otorga el peso de su obra en Van Morrison y
Bob Dylan, cuyos trabajos se titulan Born to sin, no plan B y Tempest. La tercera
edad suele ofrecer más garantías.
Tengo
algunas dudas sobre Soundgarden y Wallflowers. De los primeros me gustaría que
llegados a estos tiempos madurasen tan bien como otros compañeros de ciudad y
generación; de los segundos, que al menos alcancen la altura de sus mejores (y
lejanos) trabajos.
Y con
más nerviosismo (si se puede decir) aguardo los retornos de Calexico, Mumford
& Sons, Old Crow Medicine Show y especialmente Afghan Whigs, cuyos
adelantos prometen reencontrarnos con postales de gran música.
También
se dan casos de artistas más prolíficos que cada poco tiempo están con
novedades en el mercado. John Hiatt traerá otro disco bajo el brazo en breve y
casi nunca defrauda. Parece ser que Neil Young tiene unas cuantas piezas psicodélicas
guardadas para entregar muy pronto y que ojalá lleven al olvido el reciente y
mediocre disco Americana. Y Ry Cooder, en su mundo, siempre a contracorriente, continúa
prolífico. Nos espera mucha música en los próximos meses.
3 comentarios:
Whigs whigs whigs ...
Y Ricki Lee Jones. Y Cat Power. Mmmmmmm... cat cat cat!
Eterno Dully. Los vi en el Primavera Sound. Puro rock'n'roll. (but I like it)
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