domingo, abril 29, 2012

VOLUME ONE 262: LITTLE BROKEN HEARTS (NORAH JONES)


Para mí Norah Jones siempre perteneció a la primera división. Comenzó fascinándome cuando, con 23 años, amasó premios por su álbum de debut, el precioso Come away with me (2002) al amparo del sello Blue Note. Con semejante cosecha de reconocimientos, por su juventud, su fino pulso sentada ante el piano y bendecida por alabanzas por doquier (y una belleza demasiado virginal), no fue extraño que al mismo tiempo despertase recelo un bautismo tan prometedor y cierto rechazo en las afiladas plumas de la prensa musical. Con el correr de los años fue puliendo su vertiente compositora y orientando su música a terrenos más maduros y personales. Son buenos discos los que sucedieron al primero, sobre todo el que se desmarcó del inocente camino que estaba siguiendo su música, The fall, grabado en 2009. Ahora, con su nuevo trabajo, Little broken hearts (Blue Note/Parlophone, 2012), no solo Miss Jones firma su mejor colección de canciones, se consagra también en la elite de esa primera categoría de artistas norteamericanas.

Little broken hearts, para el que Norah ha contado con el respaldo de Danger Mouse (Beck, The Black Keys) en la producción, es una encantador maravilla. Cada tema presenta una consistencia asombrosa, podría pertenecer por separado a discos diferentes, pero juntados todos bajo el mismo techo componen un dossier compacto, inquebrantable. Preciso en sus arreglos, hechizante y atmosférico, de una aparente sencillez aunque plagado de complejos detalles en sus texturas, este disco es adorable. Al principio lo escuchas y sabes que estás paladeando algo bueno, muy bueno, sabroso de verdad; después te lo metes dentro una y otra vez y caes postrado a los pies de un trabajo grande, inmenso, y cuantos más calificativos definan la virtud de una obra maestra sobrecogedoramente hermosa.

Nota: 10/10
 

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