miércoles, julio 09, 2008

SOUNDTRACK 65: EL UNIVERSO DE TENNESSEE WILLIAMS

Hacía tiempo que no veía una obra de Tennessee Williams convertida en película. El cine y la televisión han bebido de sus volcánicas historias desde hace casi sesenta años y grandes directores de cine americanos han adaptado alguna de sus obras más conocidas para la gran pantalla con repartos de primer orden. Acabo de ver Piel de serpiente (The fugitive kind, 1959), una de los primeros films de Sidney Lumet, una película brutal en varios aspectos, que condensa, a mi juicio, lo peor del universo enfermizo del célebre dramaturgo norteamericano.

El forzado dramatismo trascendental de unos personajes inestables, ambientes ahogados de odio, sexo y desequilibrios mentales, y sobre todo, una radiografía hiriente del modo sureño de vida americana. Son éstas las señales de identidad discutibles del mundo de Tennessee Williams, supongo que muy marcadas en el origen del papel y desde luego visibles después en las adaptaciones cinematográficas. Piel de serpiente tiene todo esto, además de acusados saltos de ritmo que alargan tanto el metraje y las situaciones que incrementan el desprecio que provocan todos sus personajes; no sólo éstos resultan antipáticos, sino los actores que les dan vida, desde una enloquecida Joanne Woodward hasta una diva gesticulante como Anna Magnani, desde un envilecido y grotesco Victor Jory hasta un patético Marlon Brando, aquí tosco y cansino, incapaz de creerse su papel y demasiado preocupado por convertir su cara y su imagen sexual en postales para deleite de las señoras de aquellos días.

Salvo El zoo de cristal y Verano y humo, he visto las demás películas adaptadas de sus dramas, novelas o guiones específicos para cine. Tengo la sensación de que el paso de los años no las beneficia, de que la fuerza de sus argumentos se sostiene más en el impacto de una imagen o de uno de sus intérpretes que en la poca credibilidad de sus historias (Baby Doll, Un tranvía llamado deseo). Debo admitir que se ha perdido el recuerdo completo que tengo de alguna de estas películas, aunque no el de situaciones imposibles (De repente, el último verano, La rosa tatuada) o decadentes (Dulce pájaro de juventud, La gata sobre el tejado de zinc). Yo, por mi parte, bajo a Tennesse Williams de cualquier pedestal.

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