martes, diciembre 26, 2006

BOOTLEG SERIES 4: HASTA SIEMPRE, PADRINO (JAMES BROWN)

Hoy nos ha dejado un gigante, un tipo único y trascendental en el devenir de la música, sin cuya existencia el soul, el funk, el disco, el hip hop y el rap habrían tomado quizá otras direcciones y enseñado otros contenidos. Incluso en la cama de un hospital James Brown ha muerto a lo grande, el día de Navidad, unas fechas antes de acabar el año sobre un escenario, como tenía previsto.

Su imagen sudorosa, entre exuberante y grotesca, es un icono reconocible entre los mitos de la música popular. Su legado artístico a lo largo de más de cincuenta años se sustenta en una docena de clásicos angulares del soul y del funk (Please please, please, Out of sight, It’s a man’s, man’s, man’s world, I got you (I feel goog), Papa’s got a brand new bag, (Get up I feel like being a) Sex machine, I’m black and I’m proud) explotados hasta el aburrimiento en anuncios, películas, programas de televisión y cientos de recopilatorios y se completa con infinidad de ritmos y poses, gritos y arrebatos vocales y corporales que le convirtieron en una bomba musical y sexual, un conquistador de la noche y de las mujeres. En una legendaria noche de 1963 en el teatro Apollo de Harlem calentó las bragas de centenares de jovencitas que entonces explotaron de orgullo por ser negras. Y los negros que le vieron y le fueron descubriendo quisieron ser como él, atractivos, irresistibles y volcánicos.

Rey del funk o padrino del soul (la madrina sería Aretha Franklin), James Brown se bautizó además en el góspel de la mano de Bobby Byrd para escapar de la pobreza en la que se crió allá por los tórridos parajes de Carolina del Sur. Sus primeros pasos en otras formaciones antes de tener el peso de su presencia como garantía le cambiaron con rapidez al rhythm & blues, hasta que entrados en los sesenta fue bendecido por el éxito gracias a la música de su alma, un soul apasionado y retorcido, capaz de quemar el corazón de una hembra con el ensortijado movimiento de sus pies, sus teatrales aspavientos y ese sudor grasiento que le chorreaba de su pastosa cabellera. Mick Jagger y Michael Jacson le deben mucho a James Brown en escena; como Parliament, Funkadelic, decenas de soul men de segunda fila y cientos de raperos de todas las especies. En los setenta transformó el soul de su cosecha en funk de discoteca, convirtió esa música en una máquina del sexo. Los ochenta y noventa fueron conflictivos y aciagos para James Brown y el alcohol, las drogas, las desgracias familiares y la cárcel, donde pasó varios años, le fueron debilitando. Las colecciones de sus éxitos le reportaron beneficios de supervivencia y con ellos se permitió concesiones benéficas. A los 73 años seguía dando conciertos y alimentando su leyenda. Hasta ayer.

Hasta siempre, padrino. En el cielo seguirás conquistando corazones, en nuestros discos nunca mueres.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues si que es mala la noticia, el jodido padrino era de esos tipos que piensas que van a estar ahí siempre. En todo caso seguro que el pedazo cabrón está ahora mismo en algún sitio por ahí arriba corriéndose una juerga con Ray, Elvis, Miles y unas cuantas titis...

Y mientras a nosotros siempre nos quedará su música, que no es poco.

Un saludo.

Anónimo dijo...

The hardest man in show bussines, The living legend of soul, Mr. Dynamite... aún así ningún apodo será nunca suficiente para el más grande, el padrino del soul.

Os recomiendoque escuchéis "Popcorn", es James Brown en estado puro.

Y como curiosidad, lo podéis ver en You Tube: Eddie Murphy parodiando a James Brownen un número llamado Hot Tub. Genial!

CÑD