jueves, diciembre 21, 2006

VOLUME ONE 47: LAST MAN STANDING (JERRY LEE LEWIS)

¿Reconocéis a los de la foto? Son Jerry Lee Lewis, Carl Perkins, Elvis Presley y Johnny Cash y la imagen fue tomada el 4 de diciembre de 1956 en los míticos estudios Sun de Memphis durante una jam session grabada que se conoció como la del ‘cuarteto del millón de dólares’. El único de los cuatro músicos que queda vivo, el ‘last man standing’ es Jerry Lee Lewis, el único que aún puede permitirse un digno regreso al escenario de los mitos vivientes con un nuevo disco bajo el brazo. Así ha sido. Y por cortesía de nuestro amigo Jaime y recién traído de los Estados Unidos, aquí tenemos precisamente Last Man Standing (Artists First, 2006), el retorno, diez años después de su último disco y a los 71 años de edad, del Killer.

Ni me cayó bien Jerry Lee ni le seguí demasiado su carrera salvo por el puñado de célebres temas que él mismo, con la ayuda de su revuelta y escandalosa vida y leyenda, inmortalizó. Pero un regreso como éste merece una atención especial no sólo por la mera reaparición del músico una vez más desafiante ante las teclas de su piano, sino por el impresionante elenco de amigos que ha reunido para hacerle compañía. En los 21 temas del disco cantan y tocan junto al Killer (y por este orden) Jimmy Page, BB King, Bruce Springsteen, Mick Jagger y Ronnie Wood, Neil Young, Robbie Robertson, John Fogerty, Keith Richards, Ringo Starr, Merle Haggard, Kid Rock, Rod Stewart, George Jones, Willie Nelson, Toby Keith, Eric Clapton, Little Richard, Delaney Bramlett, Buddy Guy, Don Henley y Kris Kristofferson… (un respiro) interpretando viejas canciones, algunas de ellas de su propia y primitiva firma. Una experta banda de estudio, con el gran batería todoterreno Jim Keltner presente, soporta los temas, grabados casi todos en los Phillips y Sun Studios.

Todo esto convierte Last man standing es un disco especial para mitómanos nostálgicos. Algunos artistas aportan detalles de su cosecha (las guitarras de Page, BB, Robertson y Clapton, la voz única de Rod Stewart, la furia divertida de Little Richard) sobre versiones rocanroleras, country y blues más que decentes que no pasarán a la historia pero que hacen entrañable una grabación que de no tener estos ingredientes habría tenido nula repercusión. Todo suena rico y perfecto, aunque Jerry ya no le prenda fuego a su piano.
Nota: 7/10

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