Cuesta creer, después de leer la destructiva vida de excesos de Mark Lanegan en su biografía Sing backwards and weep, que sobreviviera no pocos años a amigos de aguja como Kurt Cobain y Layne Staley. Dos años antes de morir, Lanegan, aún en pie pero en proceso de degradación, grababa una canción para recordar a su añorado Layne, con el concurso de la atmosférica guitarra de Maggie Björklund. Nutshell es, además, una de las joyas que mantienen vivo el recuerdo de Alice in Chains. Hasta de su pétreo carácter surge un beso de nostalgia empapado en drogas y amistad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Bárbaro ... y que pena
Publicar un comentario