Volvemos siempre a las bases, a la esencia, a sensaciones de simpleza infalibles. Miren, ¿se fían de la música que puede estar detrás de un manojo de cebollas? Cae la aguja y reconocen ese ritmo, una entrada de puntillas hasta que coge costumbre y avanza con el cuerpo erguido. Green Onions, hace más de sesenta años. Eran unos chavales entonces y qué bien sonaban, como sonaron siempre bien con la bandera del soul de Memphis cubriéndole las espaldas a los jefes de la Stax. Eran tan buenos que no necesitaban voces para cantar: el recluta Steve mucho antes de llegar a coronel Cropper, las manos de oro que tenía Booker T Jones, Al el exquisito en las baquetas, y el pato Donald Dunn como artesano de las cuatro cuerdas. El soul, el blues, el R&B y el rock no se comprenden sin los MG's del señor Booker, ni entonces ni décadas después.
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