Nico fue (es) el rito de adiós con el que Blind Melon despidió a Shannon Hoon; coño, y han pasado más de 25 años. Nico no es el mejor álbum del grupo, es imposible superar las dos obras previas; no tiene, de hecho, ni la consistencia de un trabajo propiamente planteado como disco. Nico apareció un año después de la muerte de Hoon, con la distancia justa para que quienes fueron sus compañeros homenajearan al ángel caído y para, pasado el tiempo (un año, dos, diez, veintiséis), darse cuenta de lo poco que disfrutamos de aquel chaval al que el rock and roll y sus caminos ensortijados no dejaron crecer. Nico (1996) toma el nombre de la hija que Shannon trajo al mundo cuando a él le quedaban días para seguir a bordo. Sin el ánimo ni el sentido de seguir adelante, los que sobrevivieron dedicaron Nico a Shannon con demos y descartes que se habían caído de Blind Melon (1992) y Soup (1995). El ensamblaje de lo que había ofrece en poco más de 40 minutos una apariencia irregular, coja, rara. Hay cortes desnudos de Hoon con una acústica, una grabación casera, dos versiones (de Steppenwolf y John Lennon) y canciones tan buenas que sorprende que no estuvieran en los repertorios oficiales previos. Queda constancia (en 1996 y en 2022) de la flexibilidad rockera que tenían Blind Melon y de lo adictiva y carismática que era la soltura interpretativa de su solista.
jueves, febrero 17, 2022
BONUS TRACK 258: NICO (BLIND MELON)
Nico fue (es) el rito de adiós con el que Blind Melon despidió a Shannon Hoon; coño, y han pasado más de 25 años. Nico no es el mejor álbum del grupo, es imposible superar las dos obras previas; no tiene, de hecho, ni la consistencia de un trabajo propiamente planteado como disco. Nico apareció un año después de la muerte de Hoon, con la distancia justa para que quienes fueron sus compañeros homenajearan al ángel caído y para, pasado el tiempo (un año, dos, diez, veintiséis), darse cuenta de lo poco que disfrutamos de aquel chaval al que el rock and roll y sus caminos ensortijados no dejaron crecer. Nico (1996) toma el nombre de la hija que Shannon trajo al mundo cuando a él le quedaban días para seguir a bordo. Sin el ánimo ni el sentido de seguir adelante, los que sobrevivieron dedicaron Nico a Shannon con demos y descartes que se habían caído de Blind Melon (1992) y Soup (1995). El ensamblaje de lo que había ofrece en poco más de 40 minutos una apariencia irregular, coja, rara. Hay cortes desnudos de Hoon con una acústica, una grabación casera, dos versiones (de Steppenwolf y John Lennon) y canciones tan buenas que sorprende que no estuvieran en los repertorios oficiales previos. Queda constancia (en 1996 y en 2022) de la flexibilidad rockera que tenían Blind Melon y de lo adictiva y carismática que era la soltura interpretativa de su solista.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario