El videoclip de esta canción lo tenía grabado en más de una cinta VHS. Era aquella época en la que la tele, los únicos dos canales que veíamos (tres, si nuestra comunidad autónoma presumía de cadena), emitía vídeos en programas musicales o en espacios entre programas de madrugada para rellenar. En la mitad de los ochenta algunos músicos que llegaban de una y dos décadas atrás se perdían o enredaban en discos olvidables o desconcertantes, pero otros como Peter Gabriel despejaban su música de los ropajes más estrafalarios para hacerse accesibles. En la fórmula era clave la efectividad, y el disco So (1986) era un trabajo inteligente que daba en el centro de la diana. Además de la hermosa canción Don't give up, con la voz compartida de Kate Bush, otros dos temas convertían el álbum en dinamita lujosa: Big time y Sledgehammer, ambos con inventivos vídeos de animación stop motion y el propio Gabriel pasándoselo en grande. Ya no tengo aquellas cintas de vídeo, pero sí Youtube a mano. Y este buen disco cerca.
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