Leo un reportaje con este titular: "Los 17 discos de rock y pop que hay que escuchar ahora mismo". ¿Ahora mismo ya, o llegaré tarde? ¿Por qué 17 y no 10, 25 o 19? ¿Debo escucharlos, me conviene o tengo que hacerlo para no sentirme al margen, desorientado sin saber qué rock y pop de calidad se escucha ahora mismo? Ya puestos, ¿por qué no comprar esa música, adquirirla, como se nos pide pagar por un coche nuevo o la última gama de un teléfono móvil?
En el campo de la comunicación es frecuente encontrarse hoy con enunciados de carácter imperativo que en el fondo no son más que meras recomendaciones, consejos, gustos compartidos en unos casos, o informaciones bien explicadas con datos orientativos en otros. "Lo que no te puedes perder de...", "Si aún o has visto o escuchado... a qué estás esperando", "(determinado número de) libros, series, películas, discos que no debes tardar en leer, ver, escuchar", "si no sigues esto, es que estás fuera de onda". El lenguaje usado para dirigirse al lector en estas noticias, crónicas, reseñas o piezas de información tiende, en mi opinión, a atribuir al emisor un tono o postura de superioridad sobre el receptor que, a fuerza de repetirse, consigue molestarme. Porque, ya digo, no son más que posturas personales, juicios subjetivos cuyo comunicador parece urgir al público a prestarle atención ya, a él mismo que es perfecto conocedor de LO QUE HAY QUE ESCUCHAR de inmediato. Unos medios se dirigen a un público específico, otros lo hacen a una audiencia general, pero a ambas se les transmite esa urgencia por conocer, y sumar entradas lo antes posible en la edición digital, claro.
El reportaje aludido es interesante tanto para el lector poco atento a la materia como para el que sabe bien de lo que le hablan, para el que es fácil de convencer como para el riguroso y selectivo. Se explica en cada álbum de pop y de rock quién es su firmante y por qué "es tan bueno" ese último trabajo suyo que hay que escuchar ya. Y así, te encontrarás con dioses resucitados, secundarios olvidados, bandas legendarias, clásicos reeditados, últimas sensaciones, exóticos desconocidos e inquietos músicos a reivindicar. Pasen y vean, ahora mismo.
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