jueves, mayo 23, 2019

LA MÚSICA ENTRE EL DOLOR

Necesito reproducir esto, el texto impreso que acompaña el disco de un músico americano del año pasado:


"Durante un tiempo me sentía estéril y vencido, harto de mí mismo, de los viajes y las giras. Tenía una extraña sensación de privilegio que me llevaba a un espacio acristalado de frustración y cansancio. Estaba apático, perdido y enterrado en un refugio de vanidad y autodesprecio. Todo aquello cambió en un instante.

En una pequeña carpa en Lowell, Massachusetts, en 2011, un marido y su esposa se acercaron a mí en un encuentro después del espectáculo; llevaban consigo una tarjeta de baloncesto de su hijo de 11 años, Jack. Estaban abrazados el uno al otro, me señalaban su sonrisa desbordante de alegría, vestido con su sudadera de los Celtics, agarrando una pelota, y compartieron conmigo la noticia de que había fallecido el año anterior tras una larga lucha contra el cáncer. Me explicaron con amabilidad y elegancia que la música que yo hacía era importante para ellos en sus últimos días con Jack, y que todavía la escuchan juntos en casa, en horas sagradas cuando quieren sentirse conectados musicalmente con él. Aquel fue para mí un momento de transformación inmediata.

Me cogió por sorpresa su generosidad y franqueza. En la profundidad de su dolor, encontraron tiempo y fuerzas para venir a mi actuación, esperar bajo la lluvia y ofrecerme una lección tan personal y poderosa como aquella. En aquel encuentro, en aquel sencillo intercambio, sentí un propósito renovado. Quería liberar la vanidad en la que me encerraba y exponerme a mí mismo a las historias de otras personas, abrazarlas y experimentarlas primero. Aquella maravillosa pareja me entregó la tarjeta de baloncesto de Jack, y cuando llegué a casa al acabar la gira la puse en la estantería junto a las fotos de mi familia. A veces cuando vuelvo a mirar esa tarjeta saludo a Jack y a sus padres, y deseo que en algún lugar los tres sientan paz.

Este año me tocó a mí experimentar una grandísima pérdida en mi vida, y estas canciones me han ayudado a encontrar paz en el proceso de dolor. Estas canciones de mi séptimo álbum son más vuestras que mías. Agradezco la oportunidad de compartir y escuchar, de entregaros más música para que os regocijeis, consoleis, reflejeis y desaparezcais en la oscuridad, la luz, el gran sol y la luna nueva."

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