Anoche
esta canción sonó en un local, a miles de kilómetros y unas
cuantas décadas de donde y cuando surgió, entre voces que suben y
se apagan y recuerdos que entran y salen. Alguien se acordó de
Andrew Wood y Mother Love Bone y la hizo sonar. Supera la prueba del
tiempo. Los ojos cerrados y el reencuentro con nuestros otros yoes.
El circo del rock no estaba hecho para Andy, o sí, pero enseguida
descarriló. Tenía fuerza, voz, carácter y carisma, pero apenas
control, y poco sentido común. Ni siquiera llegó a la edad maldita
y se fue con 24 años. Ahí acabó también el grupo, con lógica,
sin más razón de ser, y Jeff y Stone tomaron mejores direcciones.
Dejaron un gran disco de muy buenas canciones.
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