Cada cierto tiempo me pregunta por qué no escribo nada sobre ella en el blog, por qué deja de haber alusiones veladas, más apreciables unas que otras, a lo que solo ella y yo compartimos. Es que ya no me quieres, dice. Boh. Cree que ya no me preocupo por ella, que ya no me inspira. Bah.
Es cierto
que ha pasado un tiempo (unos pocos meses) en el que no se ha colado en algún
post entre discos, canciones, películas y sensaciones, pero se equivoca cuando
cree que ya no la quiero o que he dejado de atenderla o que ya no me inspira
como antes.
Los días que
pasan, las rutinas y las obligaciones, el niño al que preparamos el desayuno y
al que leemos tres cuentos al acostarlo, los putos teléfonos móviles y redes
sociales (ei, a mí que me registren) nos traen horas y momentos de fatiga y dispersión.
Pero lo demás queda, late dentro.
Hoy que
cumples años, tontiña, felicidades. Tan cariñosas como siempre.
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