¿Qué
puede ofrecer Jeff Tweedy si por primera vez, tras una extensa
carrera al frente de Wilco, firma su primer álbum solo? ¿Se guarda
un perfil que todavía no ha mostrado en su banda, un grupo capaz de
enseñar precisamente perfiles de lo más variado e inesperado con un
catálogo de discos tan completos como difícilmente imitable? Jeff
Tweedy (no el fallido capítulo junto a su hijo bajo el nombre
Tweedy) graba en Together at last (Anti-, 2017) once temas más bien
antiguos (y salvo un par de ellos fuera del grupo de los más
reconocibles) de Wilco solo con su voz y con una guitarra acústica;
algún leve efecto de eléctrica y una moribunda armónica se dejan
oír para embellecer con delicada sutileza (Via Chicago, I am trying
to break your heart) un trabajo que al terminar de escucharse aún
mantiene tensa la emoción que se proyecta a través del pelo de
nuestros brazos o espalda.
Cuesta
creer que Tweedy (¿lo reconoceríais entre las sombras si la foto de
la cubierta no llevase su nombre?, yo creo que sí) fuera capaz de
aventurarse a explorar terrenos novedosos, arriesgados o
impredecibles sin sus prodigiosos compañeros de banda. Por eso
celebro que se decantara por la desnudez de un repertorio acústico
que en sus manos, solo en sus manos, es artesanía de máximo
prestigio.
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