Ya falta menos, enseguida estará entre nosotros retornado de su retiro. Se hace ver a ráfagas mientras, ha puesto en marcha el ventilador para hacernos creer que actuará en vivo o saldrá de gira. Hace un mes deslizó su primer single, un tema sombrío y melancólico. Ahora comparte más música, más viva, vitamínica. The stars (are out tonight). Sonará en The next day. Las imágenes nos introducen en lo que parece el arranque de un film, un par de escenas domésticas, pero todo se transforma y la historia (también nosotros) damos un salto a una atmósfera más turbia, como si David Lynch estuviera tras su diseño. Un temazo. Tremendo. Genial. Bowie ha vuelto a lo grande.
martes, febrero 26, 2013
LIVE IN 142: BOWIE’S GREAT / THE STARS (ARE OUT TONIGHT)
Ya falta menos, enseguida estará entre nosotros retornado de su retiro. Se hace ver a ráfagas mientras, ha puesto en marcha el ventilador para hacernos creer que actuará en vivo o saldrá de gira. Hace un mes deslizó su primer single, un tema sombrío y melancólico. Ahora comparte más música, más viva, vitamínica. The stars (are out tonight). Sonará en The next day. Las imágenes nos introducen en lo que parece el arranque de un film, un par de escenas domésticas, pero todo se transforma y la historia (también nosotros) damos un salto a una atmósfera más turbia, como si David Lynch estuviera tras su diseño. Un temazo. Tremendo. Genial. Bowie ha vuelto a lo grande.
domingo, febrero 24, 2013
EXPERIENCIA Y TOLERANCIA
Llegados a este punto siento el incómodo hormigueo de preguntarme si mis oídos o mi sentido común acogen con tolerancia las tropelías musicales. Dos ejemplos. Uno. No le encuentro la gracia a que a la sordidez rítmica de Queens of the Stone Age le siga el frescor nostálgico e irreal del Be my baby de las Ronettes… claro que solo yo entre la audiencia, además de un pincha que se pasea bien erguido por las cabinas de unos cuantos garitos de la ciudad, le presto atención a lo que suena mientras apuro mi consumición. Dos. Aquel templo en el que esos mismos oídos perdieron la inocencia hace bastantes años le cede los altavoces, cuando la sesión del fin de semana se acerca al cierre, a The final countdown de Europe sin que ninguna melena rizada se arrime ya a la madera de la barra. O pongo el grito en el cielo o emprendo el abandono con sigilo e indignación. Quizá la edad y las experiencias (o el consumo torrencial de música) me aconsejen reposar los huesos en el sillón con una formación de jazz y un libro abierto como compañías.
Hoy se entregan los Oscar. En otro tiempo no faltaba a la cita de pasar la madrugada en repetidas y también diversas compañías disfrutando con refrescos y palomitas y siguiendo el estado de las quinielas entre risas y bromas. Esta vez no he hecho ni quiniela. No me importa en absoluto quién gane, quién salga a presentar, quién se ponga a cantar, quién comience a llorar. He visto cinco de las nueve películas nominadas, dos me gustan bastante, ninguna me conmueve o ilusiona. Quizá la edad y las experiencias…
miércoles, febrero 20, 2013
BONUS TRACK 109: THE ANIMAL YEARS (JOSH RITTER)
Como él hay demasiados, y solo unos pocos plantan su nombre en más de un disco que cruza fronteras. Criado en una aburrida ciudad de Idaho, pasa el tiempo escuchando música, descubre a pioneros y bardos de otras décadas. Recién graduado, se marcha a Europa a estudiar música tradicional. Regresa de Escocia y el hogar se le queda pequeño. Viaja a Nueva York y a Boston, trabaja donde puede sin olvidar la música. Se graba el primer disco, luego el segundo por 1.000 dólares. Le escuchan en los bares, en la radio, hace amigos. Gusta. Sale de gira. Sigue tocando. Ahora tiene banda, la Royal City Band, y un bagaje de ocho álbumes y un par de directos… Me recomendaron a Josh Ritter hace tiempo y pasé por un disco suyo sin que me dejara recuerdo. Los que vinieron después dejaron mejor huella. Me faltan algunos por escuchar, pero mientras me quedo con este. The animal years, el cuarto de su carrera, cosecha de 2006. Canciones bien trabajadas, sentimiento controlado. Un cantautor americano al que acudir a menudo, en el que no perder la confianza, como tantos otros.
sábado, febrero 16, 2013
VOLUME TWO 59: YO LA TENGO
Cuando llevas
mucha música en la sangre y confías en el radar de tu oído, sueles saber por dónde
van los tiros al tratar de identificar aquello que escuchas por primera vez y no
sabes de qué o quién se trata. Distingues una voz o un sonido, intuyes que es
alguien que escuchaste otras veces pero del que no tienes ningún disco o no te
produjo ningún efecto especial, y más temprano que tarde das en el clavo. Con Yo
la Tengo en cambio nunca acierto. Conozco varios discos y no hay manera de que
sepa que son ellos quienes suenan cuando pincho uno nuevo. Aunque se vuelvan a
poner pesaditos con sus distorsiones cósmicas y sigan cantando en bajito y para
su ombligo, como si el resto del mundo no fuera con ellos. Fade, su último
trabajo, es buena excusa para mencionar a este trío de New Jersey en este blog,
que no es común.
Raro es
el crítico de prensa británica al que no le gusta Yo la Tengo. Rara es la reseña
que no baja de las cuatro estrellas incluso en sus horas más bajas. Raro es
también el gafapastas que no presume de excitarse con sus álbumes más insufribles.
Se puede decir que la banda es como un género en sí misma y que cualquier nuevo
grupito surgido de Brooklyn o de los suburbios de una ciudad industrial del
Medio Oeste americano con tendencia a cautivar a 'freakis' de su entorno o a 'indies'
con presunciones suena a Yo la Tengo. Llevan mucho tiempo en esto, desde
mediados de los ochenta, con quince discos, bandas sonoras en el cine independiente
y unas cuantas rarezas y caras B. Sus discos más aclamados siguen sin decirme
nada, pero sus tres últimos, desde 2006, sí me gustan bastante. Fade es buena
compañía, sin duda.
jueves, febrero 14, 2013
VOLUME ONE 285: PUSH THE SKY AWAY (NICK CAVE & THE BAD SEEDS)
Tengo que
reconocer que este tipo es especial. No comulgo con su credo pero admito que me
seduce con su mensaje, con su presencia, el misterio obtuso de su música. A mi
alrededor lo he oído ensalzar demasiado y aún me contengo, no encumbro en
absoluto su díptico Abattoir/Lyre de hace más de media década, prefiero el
gamberrismo explosivo de su posterior Dig Lazarus dig! y me quedo tan
tranquilo. Me aburren muchas obras anteriores, alguna me gusta lo justo… pero,
como digo, Nick Cave no es un tipo cualquiera, es un tío que impone, que me
asusta y que respeto, faltaría más.
Vuelve
este año en su versión más pausada, una bestia sin furia, con un álbum que transpira
enigmas y curvas, evasión y calma. Se grabó en una mansión del sur de Francia. Allí
se llevó el australiano que vive en Brighton a sus secuaces. Push the sky away (Bad
Seeds Ltd, 2013) tiene tres temazos antológicos (We no who U R, Jubilee Street
y Higgs Boson blues… toma ya, un blues apabullante al incomprensible bosón de
Higgs) y otros seis cortes de vicio. Lo termino y necesito volver a entrar en él,
pincharme al menos una de esas tres canciones. Eso no lo consigue un tipo
cualquiera. Escuchadlo tranquilos, de corrido, con la luz apagada o los ojos
cerrados, meteos en su atmósfera flotante, quizá el cielo os permita el paso.
Nota:
8/10
sábado, febrero 09, 2013
GREATEST HITS 142: HEROES (DAVID BOWIE)
Algunas canciones
piden aire, viento en la frente. Te animan a correr y a gritar. A subirles tan
alto el volumen que no puedas oírte cantar. A veces una película te lo muestra
muy bien: con un chico guapo o una chica bonita con medio cuerpo fuera de la
capota de una furgoneta cruzando un túnel por la noche. La música, entonces,
regala la libertad.
viernes, febrero 08, 2013
PUZZLE TIME
En la última semana he recuperado una distracción de los sábados de mi infancia que se ha transformado en un placer auténtico: hacer un puzzle. Mil piezas formando una imagen, una pintura de Eugeny Lushpin, una estampa de una calle de una ciudad que parece San Francisco al anochecer. En los fragmentos de unos pocos días y noches, a veces hasta avanzada la madrugada y siempre a cuatro manos, me he dejado la vista, la espalda, el cuello y la cintura en la tarea paciente y minuciosa de armar un puzzle. La agudeza visual, la atención al detalle y la intuición tienen que combinarse sin prisas. Con unas gotas justas de cada una se revive el placer pequeño pero completo de celebrar cómo encajan las piezas y cobra vida la esquina, el lateral o el centro del cuadro. Listo para enmarcar.
lunes, febrero 04, 2013
GREATEST HITS 141: FAST TRAIN (VAN MORRISON)
La semana me recibe con una de sus canciones. Sé que está en uno de sus últimos discos, no recuerdo el título. Y luego otra, y después una más antigua. Todas suenan muy bien. Bueno, me digo, así se agradece empezar el lunes, mientras revuelvo el café antes de llegar las páginas nacionales en los periódicos, a las de economía, a las deportivas… a la triste actualidad. Podría haber escogido aquí cualquier otra de sus canciones, pero no quiero desaprovechar la ocasión de colgar esta imagen que decora uno de sus mejores discos, la invitación a un paraíso.
sábado, febrero 02, 2013
SOUNDTRACK 125: HITCHCOCK
Me dejo
llevar por la euforia. El cine es capaz de darme un meneo emocionante como
estos, sí señor, sobre todo cuando refleja su propia magia y grandeza. Desde
que vi Hitchcock, la película. Termina el film, te conmueves, echas una
carcajada, una lagrimita incluso, y te abrazas a todos esos momentos en los que
gritas muy fuerte que no hay nada tan maravilloso como el cine.
La vida
de Alfred Hitchcock es tan interesante como sus películas. Y Hitchcock, el film
estrenado estos días con un sensacional Anthony Hopkins en el cuerpo y el alma
del genial director, no pretende contar la vida de Hitchcock sino cómo se
originó su obra maestra Psicosis. Sin embargo, en los apuntes concisos sobre su
personalidad, en los trazos breves pero precisos de sus vicios, debilidades,
fobias o arrebatos, en su relación peculiar y trascendental con su esposa Alma
(perfecta Helen Mirren), y en los episodios que describen la preparación y el
rodaje de Psicosis nos encontramos con un retrato entrañable de su propia vida.
No hace falta más. Lo que hay en 90 minutos es más que suficiente. Esa imagen
del maestro con la que juega con mucho talento y cariño el director Sacha
Gervasi ensalza la figura portentosa de este artista único y su irrepetible
huella en la historia del cine.
Todavía
hoy pienso que no hay ninguna otra película que me produzca el mismo miedo que Psicosis.
Y esa angustia disfrutable se la debo a Hitchcock.
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