domingo, febrero 24, 2013

EXPERIENCIA Y TOLERANCIA


Llegados a este punto siento el incómodo hormigueo de preguntarme si mis oídos o mi sentido común acogen con tolerancia las tropelías musicales. Dos ejemplos. Uno. No le encuentro la gracia a que a la sordidez rítmica de Queens of the Stone Age le siga el frescor nostálgico e irreal del Be my baby de las Ronettes… claro que solo yo entre la audiencia, además de un pincha que se pasea bien erguido por las cabinas de unos cuantos garitos de la ciudad, le presto atención a lo que suena mientras apuro mi consumición. Dos. Aquel templo en el que esos mismos oídos perdieron la inocencia hace bastantes años le cede los altavoces, cuando la sesión del fin de semana se acerca al cierre, a The final countdown de Europe sin que ninguna melena rizada se arrime ya a la madera de la barra. O pongo el grito en el cielo o emprendo el abandono con sigilo e indignación. Quizá la edad y las experiencias (o el consumo torrencial de música) me aconsejen reposar los huesos en el sillón con una formación de jazz y un libro abierto como compañías.

Hoy se entregan los Oscar. En otro tiempo no faltaba a la cita de pasar la madrugada en repetidas y también diversas compañías disfrutando con refrescos y palomitas y siguiendo el estado de las quinielas entre risas y bromas. Esta vez no he hecho ni quiniela. No me importa en absoluto quién gane, quién salga a presentar, quién se ponga a cantar, quién comience a llorar. He visto cinco de las nueve películas nominadas, dos me gustan bastante, ninguna me conmueve o ilusiona. Quizá la edad y las experiencias…

No hay comentarios: