Cuando llevas
mucha música en la sangre y confías en el radar de tu oído, sueles saber por dónde
van los tiros al tratar de identificar aquello que escuchas por primera vez y no
sabes de qué o quién se trata. Distingues una voz o un sonido, intuyes que es
alguien que escuchaste otras veces pero del que no tienes ningún disco o no te
produjo ningún efecto especial, y más temprano que tarde das en el clavo. Con Yo
la Tengo en cambio nunca acierto. Conozco varios discos y no hay manera de que
sepa que son ellos quienes suenan cuando pincho uno nuevo. Aunque se vuelvan a
poner pesaditos con sus distorsiones cósmicas y sigan cantando en bajito y para
su ombligo, como si el resto del mundo no fuera con ellos. Fade, su último
trabajo, es buena excusa para mencionar a este trío de New Jersey en este blog,
que no es común.
Raro es
el crítico de prensa británica al que no le gusta Yo la Tengo. Rara es la reseña
que no baja de las cuatro estrellas incluso en sus horas más bajas. Raro es
también el gafapastas que no presume de excitarse con sus álbumes más insufribles.
Se puede decir que la banda es como un género en sí misma y que cualquier nuevo
grupito surgido de Brooklyn o de los suburbios de una ciudad industrial del
Medio Oeste americano con tendencia a cautivar a 'freakis' de su entorno o a 'indies'
con presunciones suena a Yo la Tengo. Llevan mucho tiempo en esto, desde
mediados de los ochenta, con quince discos, bandas sonoras en el cine independiente
y unas cuantas rarezas y caras B. Sus discos más aclamados siguen sin decirme
nada, pero sus tres últimos, desde 2006, sí me gustan bastante. Fade es buena
compañía, sin duda.
1 comentario:
Me ha gustado mucho el disco. Creo que no me gustaba tanto uno de ellos desde i can hear the heart .... Una apuesta asegura. Saludos
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