lunes, diciembre 24, 2012

SOUNDTRACK 123: THE RAINMAKER


Aunque sigamos viajando con enferma pasión de una a otra nueva película, a menudo sometemos alguna de las que vimos hace tiempo a la prueba del paso de los años y del curso que toma el cine. Legítima defensa (The rainmaker, 1997) es la última gran película de Francis Ford Coppola. Desde entonces, este maestro decidió apartarse de la industria y dedicarse a proyectos más personales y menos comerciales, de escasa distribución y más baratos, irregulares aunque de algún modo atractivos. Tetro, con Vincent Gallo y Maribel Verdú, es el más decente de sus tres films posteriores a The rainmaker, mientras que Youth without youth y Twixt no van más allá de buenas ideas brillantemente filmadas. Parece ser que en 2013 Coppola volverá al seno de la gran industria y a manejar presupuestos mayores.

Vista de nuevo hoy, quince años después del momento del estreno, Legítima defensa es un elegante largometraje del autor de la saga El Padrino y la mejor adaptación al cine de una novela del abogado y escritor superventas John Grisham. En el film sobresale por un lado el contraste amargo que en el libreto refleja el idealismo de los defensores de la justicia con la arrogancia sin escrúpulos de quienes protegen a los grandes capitales. Y por otra parte es elogiosa la veteranía de un solvente reparto al que fortalece el peso de su cartel de secundarios (Jon Voight, Mary Kay Place, Danny Glover, Virginia Madsen, Mickey Rourke y un simpático Danny DeVito).
Por entonces ya me había convencido la seriedad y mesura interpretativa del joven Matt Damon, actor que con los años ha crecido en todos los aspectos y que ahora en ocasiones otorga a sus papeles matices carismáticos. En The rainmaker da vida a un novato de los tribunales dispuesto a arrojarse a las fauces de los tiburones (una compañía de seguros que no concedió una póliza para cubrir la operación de un enfermo terminal) y salir victorioso de la guerra. Su tierna relación con una joven esposa maltratada (Claire Danes) y la partitura jazzística de otro grande, Elmer Bernstein, mejoran todavía más esta gran película.

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