martes, diciembre 11, 2012

SOUNDTRACK 122: THE WEST WING



El ala oeste de la Casa Blanca. Así funciona el día a día del presidente de los Estados Unidos y su equipo más directo de asesores: la secretaria de prensa, el jefe de gabinete, el director de comunicaciones, los ayudantes de los jefes o el asistente personal del presidente. Así se aprueban leyes, se eligen jueces o se discuten reformas. Así se dirige una invasión militar o se despacha un conflicto diplomático. Así se resuelven asuntos leves o se debaten complejos dilemas. Con la profesionalidad que las vidas humanas y la relación entre las naciones requieren y la cordial pero exigente cercanía que asuntos más mundanos merecen.

Siete temporadas, entre 1999 y 2006, duró The West Wing, surgida de la pluma y el talento perspicaz de Aaron Sorkin. Se bañó en premios y aclamación crítica y popular. En 22 episodios de su primera etapa yo me he sentido no solo un testigo más de la rutina vertiginosa y capital que se vive en esa parte de la Casa Blanca que convive con el hombre más poderoso de la Tierra, sino un trabajador implicado como el que más en cada uno de sus argumentos. Y me he entregado a sus incontables virtudes, de las que subrayo su ejemplar facilidad para reflejar las dificultades que entraña cada tarea o situación originada en torno al presidente, y la admirable credibilidad de cada actor para transmitir las complejidades y rigores de sus personajes (Rob Lowe, Allison Janney, Bradley Whitford, Richard Schiff, John Spencer, Dule Hill, Moira Kelly y por encima de todos un entrañable Martin Sheen en la piel del ficticio presidente demócrata Jed Bartlet).
Hace años, cuando empezaba cada episodio de esta serie de madrugada en la segunda cadena de TVE (o la primera, ya no me acuerdo) me retiraba a la cama. Más tarde, surgió mi interés selectivo por las series de televisión y fui dejando a un lado el momento de empezar The West Wing pese a la insistencia en su brillantez que recibía de uno y otro lado. No encontraba la hora justa para meterme de lleno en el ambiente de una serie que me intuía me iba a atrapar. No hay ahora mejor momento que este para meterse en el ala oeste de la Casa Blanca y hacer un hogar confortable cada noche antes de irse a la cama.

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